Puede ser porque el mar Mediterráneo se metía hasta casi el asfalto, o porque había barcos alrededor, o porque la luz parecía mágica, pero el caso es que la primera edición del G.P. de Europa me gustó. A que me resultara tan grato sin duda ayudó que Nakajima se llevara a Fernando por delante al poco de haber salido. La cosa puede parecer una soberana chorrada, pero sin estar preguntándome dónde andaba el Nano, si apuraba, si se retrasaba, si le pasaba algo (como hago siempre), disfruté de aquella, y disfruto más de las carreras en las que alonso ha cedido la rodilla (por suerte muy pocas), y aunque suene a contradicción no lo es en absoluto porque pone de relieve hasta qué punto me interesa nuestro compatriota, que con su sola presencia ciega todo lo demás.
Pero hoy no quería hablar del asturiano, sino de ese circuito artificial que surge como un mastodonte donde no debía. Y digo que no debía porque soy reacio a los inventos y bastante afín a los circuitos tradicionales, a esos que están alejados de las hordas del turismo, de las estadíticas que miden las cosas en cuanto a éxito o fracaso de audiencia y participación, a los de siempre, a los que encandilan a los aficionados porque transpiran historia…
El caso es que la segunda edición del G.P. de Europa ha abierto sus puertas esta mañana, hoy mismo, y atisbando algunas imágenes he vuelto a sentir ese puntito aldeano e idiota que me hace sentir orgulloso de que España tenga dos Grandes Premios en el calendario del Mundial, a pesar de que anden por medio los tejemanejes de Ecclestone y las ínfulas y cegueras de los políticos de turno.
Como tampoco hay mucho de qué hablar, me he dicho esta tarde que había que hablar del mamotreto de hormigón, cemento y asfalto, que serpentea por el interior de una ciudad que recuerdo anodina y tristona cuando la ribera del Turia era un cauce prácticamente seco y arruinado. Hace mucho que no me paso por Valencia y tengo ganas de volver. La nueva imagen de la ciudad me recuerda a Bilbao, y me anima a pensar en cómo ambas han renacido de sus cenizas a golpe de talonario y excelencia arquitectónica, y pienso como he pensado tantas veces, que a lo peor Bernie y sus secuaces llevan razón en esto de acercarnos a los nuevos tiempos por caminos tan ásperos. ¿Quién sabe si al final no habrán acertado?
De momento sigo en mis trece: donde esté un circuito de los de solera y raigambre, que se quiten los experimentos, pero Valencia me gusta, como me gustan algunas cosas nuevas que airean mi apolillado repertorio de querencias.
Solo un punto que anyadir:
ResponderEliminarSoy contrario a cualquier circuito urbano, y nunca me gusto la idea de Valencia desde que la empezaron a desarrollar, al igual que no me gusta la idea de Roma, la de eurodisney... etc. De hecho, si monaco no tubiera la historia que tiene lo eliminaba del campeonato.
Dicho esto, he de admitir que al final el circuito de valencia tambien me gusta, quizas por que pese a los muros, no parece tan urbano, y si que ofrece algun punto de adelantameinto... button casi se nos cepilla a alonso en la segunda vuelta, por ejemplo, pero se ha colado lo suficiente.
Y por anyadir al siguiente culebron ferrari: Siempre he respetado decisiones, Schummacher me parecia la mejor, y Badoer me parecia tan buena opcion como Gene... pero vista la actuacion del italiano... espero que los tiffossi se encarguen de que nunca un ferrari haga una actuacion tan vergonzosa. Al final era verdad que se tomaba valencia como un entrenamiento, pero creo que ferrari no deberia permitir eso en su casa.
A mi, en contra de lo que muchos dicen, también me gusta. Me encanta el trazado desde la cámara subjetiva, me encantan ese serpenteo constante al alta velocidad y lo difícil que es hacer bien la última curva antes de la recta de meta y lo técnico del último sector donde antes de ayer Kovachello(made in Mag) se dejó probablemente el asiento de su McLaten, pero le veo un inconveniente que lastra mucho el que acabe siendo un circuito redondo.
ResponderEliminarNo se puede adelantar por fuera de la trazada a riesgo de irte recto por falta de adherencia y esto, siendo un circuito tan ancho le resta emoción y le da monotonía. Mónaco, aparte de su solera e historia es un circuito estrecho y técnico donde a penas hay zona sucia ya que no hay casi espacio para ello y los adelantamientos son producto de quién le echa más coraje en sitios imposibles. En Valencia no creo que se trate de coraje sino de sentido común, te sales de la trazada y te vas recto, física pura y dura. Si quieren espectáculo, creo que una de los pocas soluciones que se me ocurren sería tener carreras o rodar toda la semana entera para dejar goma en pista y aún y así. Esto iría en detrimento de la calidad de vida de los que viven en ese barrio aunque les llenara los bolsillos, pero creo que no sería descabellado crear la semana del Motor del Valencia Urban street circuit.
No se me ocurre otra solución pero seguro que hay gente mucho más entendida que yo en esto de circuitos que debería devanarse los sesos en darle vida a una carrera que si no ocurre nada y encima el año que viene nos quitan los repostajes y la estrategia se va a quedar en poco.
Un abrazo desde la orilla del Meno.
Juan
Zukisan ;) Ahí le has dado, es urbano pero no lo parece, y eso es lo que me gusta de Valencia, y en cuanto a Ferrari ... parece que van a seguir en sus trece :P
ResponderEliminarPirat ;) El problema no es tanto de los circuitos como de la aerodinámica de los vehículos. Mira que había empezado bien el campeonato y lo mierdoso que se ha vuelto. Hace falta un replanteamiento general en cuanto a dinámica de fluídos, el resto creo que viene dado ;)
Un abrazo
Jose