Mosley, Max Mosley

«La vida se toma como vida, o se toma de otra manera». La frase no es mía y la verdad es que no me apetece indagar sobre a quién corresponde o si la transcripción es exacta, porque el espiritu de la misma no cambiaría nada, al menos así me lo parece. El caso es que hoy iba a hablar de otras cosas por mantenerme en mi empeño de no dar comba a la pandilla de improductivos que dicen velar por el deporte que tanto me gusta, pero ha surgido un contratiempo: han llegado a un acuerdo.

¡Dios mío! El advenimiento nos ha pillado a todos en calzoncillos y bragas, incluso a mí, que había apostado por el nada cagándome en los muertos de todos, incluyendo los colores que me vieron nacer en este deporte… ¿Qué más da? Saco de bueno que el agente 007 se despide por fin del negocio. Su descabellada salida de ayer sonaba a un ¡no os ajunto!, a un ¡si os apuntáis me las piro, lo juro!, a un ¡por Dios, necesito una salida honrosa!, a un ¡no me dejéis tirado!, así se lo dije a Cata, porque el auténtico rey del mambo, el objetivo prioritario de toda esta operación, ha decidido venderle la espalda por el bien del deporte y su bolsillo, faltaría más, cuando se ha encontrado literalmente contra las cuerdas.

¿Qué ha dado Bernie a cambio del acuerdo?, lo dejo ahí. ¿Qué ha dejado de dar y ha prometido? Puntos suspensivos. Todo quedará en el armario de los secretos per secula seculorum, me temo, y no importa, a mí no me importa: ha llegado el último porque en el fondo era lo primero, la pasta. Y hay que reconocerle a la FOTA que ha sabido hacerlo, macerarlo, ponerlo a punto, aunque me habría gustado que la cosa hubiera durado menos (sospecho que como a todos), y que hubiese sido más limpia (lo mismo), y que nos hubiera tenido en cuenta a nosotros (¡habría sido el no va más!), que se hubieran arrancado por bulerías de una puñetera vez, sin dejarnos en la estacada, porque manda narices que incluso hoy mismo nos hayan tomado el pelo con filtraciones tendenciosas, o que Ferrari haya abierto una encuesta en su página web para sopesar el estado de la afición alrededor de su iniciativa, o lo que es lo mismo: las espectativas de los ilusos frente a un 2010 que se nos presenta demasiado lejano y a desmano…

…

No nos lee nadie, Charly. Mosley, Max Mosley, ya es historia, aunque no puedan cantarlo por el qué dirán y por la que se podría montar si explicaran los entresijos. Eso es lo que hemos ganado, espero. Y si me lo permites, quiero cerrar esta entrada con tus palabras: «Creo que la FOTA puede ganar la guerra sin escisión y cambiar la cara de la F1 desde dentro. Obviamente es la mejor solución siempre y cuando desaparezca como mínimo Mosley. Vamos a ceder nosotros un poquito, ¿no?» Sí, Charly, sí, hoy es un día grandioso aunque tardemos algo en entenderlo, porque ha triunfado la razón apestosa del negocio, liberando la que dictarán nuestros gladiadores sobre el asfalto, la que realmente nos importa.

¡Dios, vuelve a oler a gasolina! Y todo este rollo me recuerda el lema bordado en el cojín de Eddie: «No mires hacia atrás si no es para reír, y no lo hagas hacia adelante si no es para soñar.», y el grito de guerra de un amigo: «Cagontómecago, y p'alante.» Que así sea por el bien de todos.