Mi pretemporada [McLaren]

Sin Ron Dennis como cabeza visible, aunque intuído en la trastienda, McLaren ha desaprovechado el tiempo y sólo ha salvado los muebles quitando alguna brida al motor o adelgazándolo en exceso (podemos elegir, que no fallamos).

El arma definitiva para defender el título mundial de pilotos se presentaba en Woking en olor de multitudes. Limpio, más hermoso si cabe que el Ferrari F60, la estrella plateada de 2009 parecía un imponente ejercicio de sutileza llamado a reivindicar un lugar incluso en el corazón de los ferraristas.

Con una nariz más rotunda y ancha que su oponente italiano, tras el pertinente alerón delantero que haría las delicias de Rubens (el pintor, no el piloto), el trabajo de perforar el aire recaía sobre la generosa zona central, tallada con delicadeza, con pontones altos que cubrían a su término, y delicadamente, las salidas de escape… altas y por el exterior del carenado. Con una configuración trasera un poco más elevada que el Ferrari, nada hacía pensar que a lo largo de la pretemporada el MP4/24 iba a quedar como el vehículo menos adecuado de la parrilla, junto al Force India, con el que comparte propulsor, por estar radicalmente lejos de la tónica imperante (calor apoyando el trabajo del difusor).

Desastre tras desastre, excusa tras excusa, al final no ha habido manera de ocultar que el monoplaza del vigente campeón del mundo tenía serios problemas y que partirá en Australia con una seria desventaja, porque la arquitectura de los tubos de escape del motor Mercedes condiciona de manera grave la influencia de los flujos recalentados sobre el difusor, razón que ha impedido resolver las taras de sobreviraje sufridas a lo largo de estos dos meses últimos.

Si al problema de no disponer de un monoplaza competitivo desde la primera carrera, le sumamos la reducción de entrenamientos (aprovecho para lanzar la idea de que la FIA habilitará unos, allá por mayo o junio)y por tanto la ausencia de Pedro en su puesta a punto, y la insolvencia de Lewis Hamilton y Heikki Kovalainen como afinadores de pianos, McLaren tiene un serio handicap para este 2009 que se abre en unos días, y que deberá resolver Martin Whitmarsh en solitario, ahora que Dennis parece que se ha retirado.

Teóricamente, nadie como Mclaren para saber solventar este tipo de situaciones, pero da la casualidad de que el MP4/24 dispone de una batalla más larga que Ferrari, por ejemplo, lo que supone un riesgo añadido porque buena parte de la bondad o maldad del comportamiento del vehículo depende de lo que se consiga resolver sobre la zona del difusor, ya que si esta no está afinada, derivará en un coche difícil de conducir (como ha quedado patente), cosa que no parece muy adecuada para las manos de Hamilton, acostumbrado a lidiar con auténticas plumas. Y menciono al inglés, porque su compañero finlandés ya ha sido sacrificado en aras de equilibrar el equipo sobre el tradicional esquema deportivo de la casa británica más equitativa: un líder y un gregario.

Mi conclusión también es sencilla: Pueden hacerlo, pero lo veo muy difícil. Y en caso de lograrlo, los problemas que vayan surgiendo pueden ir lastrando el rendimiento hasta hacerlo irreconocible, como ocurrió en 2004.