X-Files

No deja de tener su gracia que en la antesala del estreno de la película «X-Files; I want to believe», conozcamos que el bueno del hijo de Anthony Hamilton puede no ser el sucesor de Senna bajo la lluvia, o que los recitales de estas dos últimas semanas puedan haberse debido no a la consistencia y madurez ganada desde que el Nano pasó por su lado, sino a una ayudita extra que permite a su coche cambiar de marchas y de mapeado motor a la vez (está por ver si el de Kova disfrutaba del mismo artilugio).

Si el tema hubiera sido destapado por la prensa española o italiana, todavía cabría ponerle algún sesgo malicioso, pero según mis indagaciones y las de mis amigos (¡Diego, Heikki, os debo una!) fue Mark Hughes (Daily Telegraph, y autor de la biografía del hijo de Anthony Hamilton) quien delató el lunes pasado para qué servían las levas suplementarias del volante del inglés. Así las cosas, todo indica que el supuesto ardid se ha podido poner al descubierto.

El caso es que la FIA ha tomado cartas en el asunto (para que este dinosaurio mueva el culo, algo debe haber), pero cogiéndosela con papel de fumar, como de costumbre, y ha decidido seguir estudiando el motor del piloto que conduce el vehículo número 22 en McLaren (¡a que Kova se libra!). La solución antes del G.P. de Hungría.

Vaya por delante, o en medio, que no fío de lo que diga la FIA (valga la forzada cacofonía). Si el asunto es rutinario, como se trata de hacer ver en el comunicado, no entiendo a qué viene ampararse bajo el artículo 5 del reglamento, o a que viene precintar un motor que ha terminado su ciclo, pero en fin, el cachondeo está servido de todas formas, porque desde Silverstone anda la mundanal servidumbre del británico bastante encendida, y como resulte que él, como Schumacher con el fondo plano del F248 (descubierto como móvil en el F2007 de Kimi), volaba porque llevaba alas sin beber Red Bull, no voy a parar de desternillarme en lo que queda de temporada. Y si la FIA al final dice que sí, que ha habido trampa, la que se avecina puede ser mundial, porque a poco que le metan caña a McLaren como se merece (¿retirada de puntos? no creo; ¿aquí no ha pasado nada, pero que no se repita? posible), nos podemos encontrar con un buen revuelo en la clasificación, incluso con Nelson Piquet ganando en Alemania a toro pasado, o con un final de campeonato mucho más lógico sin tanto recital.

Sí, tiene gracia que a unas pocas horas de que se estrene la película «X-Files; I want to believe», conozcamos que el hijo de Anthony Hamilton puede no ser extraterrestre y por ende no ser el rey sobre el agua y el asfalto seco, porque sencillamente su coche no cumple el reglamento.

Y que le ocurra precisamente a él, que el año pasado se desvinculó del feo rollo del espionaje de McLaren a Ferrari diciendo que sólo era un «mandao», y en el que para colmo, su mentor, Ron Dennis, enfangó directamente a Fernando y a Pedro, es como para ponerse a mear y no echar gota… ¿Qué va ha decir ahora el chiquillo, que tampoco sabía nada? ¿Y qué van a decir los que le han defendido con tanto ahínco?

I want to believe