Después de lo visto en Albert Park, la prueba disputada hoy me ha decepcionado bastante: la falta de fiabilidad de los rossos (5 motores rotos en 2 carreras, son muchos, se mire por donde se mire) ha respetado al finlandés Raikkonnen dejándole volar hasta la meta, aunque la chapuza de Massa (¡van dos!) me lleva a reconsiderar lo que dije en su momento acerca de su posición en la Scuderia (sin Todt, Felipe está naufragando estrepitosamente), y a reiterar que Ferrari, de referente ¡nada!, al menos de momento.
Y McLaren, ¡ay, McLaren! La inglesa ha comenzado a desfallecer como estaba previsto: descargados de gasolina han recuperado rápidamente los puestos obtenidos en calificación que les había negado la FIA, pero no han podido hacer más. Reseñable el trabajo de Kovalainen y lamentable el de su compañero, que ha demostrado que lo que realmente sabe hacer es salir desde la pole y apretar a fondo el acelerador (Kimi, en una situación similar, en Australia, ofreció un recital de conducción y rabia).
Dicho esto, BMW se está demostrando como un claro aspirante a las dos coronas: la fiabilidad de sus monoplazas, la enorme pericia de Kubica y la solidez de Heidfeld (¡vaya adelantamiento a Coulthard y Alonso!) así lo indican, lo que me lleva a reiterar que a poco que la de Maranello y la de Woking bajen la guardia, la escudería alemana va a darles más de un disgusto. ¡Ojo con ellos!
En el pelotón me han sorprendido Trulli y Webber. El primero porque desdice mis previsiones sobre la evolución de los Toyota (parece que han encontrado el rumbo), y el segundo, porque a pesar de conducir con un mapeado restringido no se ha diluido como predije erróneamente ayer, mostrándose muy duro en la defensa de su puesto (bastante más que Coulthard, sea dicho de paso).Y Fernando… Fernando afirmó en pretemporada que en esta primera tanda preeuropea estaría luchando por el 6º puesto, y ocupa el 7º en la general de pilotos, a igualdad de puntos que Nico Rosberg, así que seguiré creyéndole a la espera de que lleguen los refuerzos previstos para Barcelona.
Con todo, me gustaría resaltar que un coche que en una semana pasa de no entrar en la Q3 a entrar en ella, que ha puntuado en las dos carreras celebradas, consiguiendo un 4º puesto y un 8º respectivamente, y que en ciertos momentos ha ido mucho más rápido que alguno de sus contrincantes, sería un vehículo a considerar si fuera un Williams, un Red Bull o un Toyota; incluso si fuese un Renault que no fuera conducido por Fernando Alonso, pero va conducido por nuestro compatriota y en sintonía todo son malos augurios. Por ello, y a pesar de todo, todavía no me apeo de mi burra.
Barhein va a suponer una nueva cura de humildad, desde luego; pero Ferrari, McLaren y BMW han tocado techo, o deberían haberlo hecho (al nivel que se mueven su margen de mejora es mínimo), y el R28 sigue albergando posibilidades de evolución y va conducido por el mejor piloto del mundo… Además, nadie ha mencionado que el regreso al futuro fuese un camino de rosas.
Todavía cabe la esperanza, ¿o no?
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