Mientras Lewis Hamilton arremete contra nuestro compatriota (¿qué le habrá hecho?) encontrando excusa para meter mano en cuanto pueda al nuevo fichaje de Mercedes (Heikki, que ya comienza a mostrar sus espolones frente al británico, y apunta a convertirse pronto en su nuevo mal compañero); Kimi se pone la venda antes de la herida con en el rollo de que «si Renault le da un buen coche a Fernando, entonces sí»; Fisichella advierte a su antigua escudería: «Renault no tendrá opciones esta temporada» (¡anda que las tuvo con él al volante!)... y mientras nuestro Nano y los de BMW siguen trabajando (en eso precisamente consisten las pretemporadas), se me ha ocurrido que la F1 es una enorme fantasía sexual en la que no hay mujeres —vale, sí las hay, pero sólo como decorado, como gancho, como inevitable punto de contacto del Olimpo masculino con la realidad más ramplona y demoledora—.
¿Sería posible la F1 sin las mujeres? Obviando lo obvio: que todo varón viene de la madre que lo parió (con perdón), y que alguno incluso dispone de hermana o hermanas, esposa o compañera sentimental, hija o hijas, me temo que tenemos que bajar la cabeza ante la certeza arrogante de que en el futuro inmediato del mundillo, de momento no caben las chicas en un papel diferente al que se les ha asignado.
Si en los deportes tradicionales se recurre al artificio de que el desequilibrio físico entre unas y otros hace totalmente necesaria la disonante separación de géneros (juro ante mis muertos que ante algunas representantes de la elite deportiva femenina me arrugo sin sentirme menoscabado como hombre), en la F1 el asunto clama al cielo porque media una cosa tan aséptica como un vehículo de cuatro ruedas, y para conducirlo maldita la gracia que hace falta llevar bragas o calzoncillos para encontrar un atisbo de la cacareada y excluyente diferencia… pero es lo que hay.
Dicho esto, y como me he jurado no mencionar a ninguna de las pilotos, ingenieros y mecánicos (más que nada por no faltarlas al respeto metiéndolas en este sucio tinglado) que han existido o que existen (busquemos en google, que para eso está), y que por méritos propios podrían suplir a buena parte de los calzonazos que ocupan parte de la parrilla y los boxes en F1, pues han hecho morder el polvo a los varones en rallies, raids, fórmulas menores, campeonatos de serie, especiales o resistencia, jugando siempre en desventaja y sin necesidad de recurrir a quitarse el sostén o enseñar el culo, permitidme puntualizar lo siguiente: mientras haya un solo imbécil que cuando compre un coche adquiera por el mismo precio el papel de indomable, valiente, potente o arrojado, que le permita sentirse el rey de la manada al volante (¡se ve cada uno en Youtube!), no habrá sitio para las féminas, porque éstas no dan la imagen de potencia que necesita la industria.
Ahora bien, si lo de la erótica resulta tan imprescindible en nuestro amado deporte (como se desprende del reiterativo y rancio atrezzo de Grandes Premios y Ferias del Automóvil), ¿no sería más sencillo que vistiéramos a los pilotos con corsés, ligueros y medias ignífugos?
Es un apunte, desde luego.
[Dedicado a Cata, María, Ana y Cristina, con todo mi respeto y aprecio]
Excelente, jamás se me habría ocurrido que la razón fuera puritito marketing.
ResponderEliminarMe he metido en Google y llevas razón. Hay muchas y parece que muy buenas, desde luego parecen mejores que algunos de los chicos del grid, y viene de viejo
http://bitacora.kcslot.com/post/2007/02/27/Elizabeth-Junek
Excelente artículo, y gracias por tu visión de este deporte
Así se manifiesta el machismo, como en tantas otras facetas de la vida. Afortunadamente, existen también muchos hombres como tú.
ResponderEliminarGracias. Mi respeto y aprecio a tí también