Ha querido la casualidad que, apenas un par de días antes del espectáculo demoledor que nos ha brindado el vigente campeón del Mundo consiguiendo la pole sobre el asfalto de Silverstone, los turras de siempre insistieran ante sus entregaditos en redes sociales, en que esto no va de pilotos pues sin coche no hay nada que hacer...
Lógicamente, sin una buena herramienta la cosa de cosechar resultados se pone harto difícil, pero es obvio que cada tanto surge un conductor, o dos, que ponen patas arriba esta afirmación.
Max Verstappen es uno de estos raros ejemplares que disfrutamos con cuentagotas. El RB21 sólo resulta excelente bajo determinadas condiciones, como destacó Horner en Japón, pero el holandés sabe manejarlo y lo entiende, y, en consecuencia, lleva asimilado desde comienzos de temporada que, en la medida de sus posibilidades, debe triturar a sus rivales en clasificación porque el aire limpio en carrera es la única opción que tiene de materializar sus aspiraciones.
Y lo ha hecho hace unas horas —de nuevo, cabe decir—, imponiéndose a Piastri y Norris y sus todopoderosos MCL39, sacándose de la manga una vuelta postrera que ha rozado la perfección, en un trazado como Silverstone que no perdona los errores pues el más mínimo te puede llevar a perderlo todo.
Os leo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario