jueves, 12 de junio de 2025

El último milagro


Llevo unos cuantos Reglamentos a cuestas desde que abrí Nürbu el 3 de agosto de 2007, y puedo jurar por mis zapatitos de Primera Comunión si hace falta, que el último, el que estrenamos en 2022, es, de lejos, el peor asimilado por el aficionado medio y no por falta de recursos, precisamente, pues nunca ha sido tan fácil, como ahora, acercarse a una explicación medianamente potable sobre sus aspectos aerodinámicos y mecánicos.

Resulta evidente que gana por goleada el bendito relato impuesto desde lo más ramplón de nuestra prensa especialista, básicamente porque, teniendo obligación de empaparse de las razones técnicas que asisten a nuestro actual formato F1, prefiere abonarse a las numerosas chorradas que aseguran el éxito del ciberanzuelo y la atención sumisa del respetable menos avisado, lo mismito que sucede con la información deportiva que versa sobre fútbol, por citar un ejemplo.

Así, resulta incluso normal que se haya recibido con pasmo la poca efectividad que han mostrado, de momento, las medidas que ha tomado la FIA a cuenta de la flexibilidad de los alerones, dando eco a las opiniones que ha vertido uno de los pilotos menos indicados para valorar este tipo de peculiaridades, ya que ha trabajado toda su exitosa vida profesional en base al generoso currele que le hacían sus equipos y compañeros [El jefe de Rosberg y Hamilton en el karting reconoce el mayor trabajo del alemán].

Steiner, mientras le enmienda la plana, ha aclarado al británico por qué McLaren sigue en lo alto, de momento: «Esta ala flexible es igual para todos. Lewis salió con el comentario de que todo ese dinero se desperdició en hacer esto y cosas así, no hubo ningún desperdicio de dinero...» [Günther Steiner responde a Lewis Hamilton sobre los alerones delanteros. Fue una solución muy barata], y es que en el «de momento» está la clave.  

Con la actual importancia de la sustentación invertida (downforce) en el comportamiento de los monoplazas, cualquier modificación tardará tiempo en apreciarse, espacio bastante razonable salvo para los abonados al futbolero llegar y besar el santo

¿Se esperaba un vuelco en la parrilla? Pues no, hijos, no, con este Reglamento las cosas van un poco más lentas, aunque yo confío más en que se descubra pronto cómo refrigera Woking los neumáticos de sus coches, ya que, bajo mi humilde opinión, ahí sí que están el auténtico meollo de la cuestión y la madre del cordero.

Os leo.

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