lunes, 17 de febrero de 2025

Jaque mate


A ver, tiene sentido y todo: no se podía mejorar lo poquito que da de sí Pirelli en Fórmula 1, y alguien, en la mesa de la Comisión F1, recordó el monólogo del General Buck Turgidson (George C. Scott), totalmente metido en el papel de un B52 volando sobre territorio soviético por debajo de cota radar, para encalomar al enemigo un supositorio nuclear en salva sea la parte, y se levanta y propone: «¡dos paradas obligatorias!» 

Hombre, no suponía ninguna opción exponerse a repetir lo sucedido en el Gran Premio de Mónaco de este año pasado —un bochorno—, de manera que, haciendo honor a que quien hace la Ley hace la trampa y perfila los atajos y las excepciones, se procedía a sancionar la idea y a notificarla a equipos y público con todos los timbres necesarios para que no cupiesen dudas de que cuando la Fórmula 1 se pone, se pone totalmente en serio..

¿Cómo resultará el asunto? Pues ya voy avisando que mi bola de cristal sigue sin pilas, y que, imagino, todo dependerá de que comprobemos in situ si la medida es efectiva. Vamos, que ahora mismo no sé ni por dónde nos dará el aire a finales de mayo, como para meterme en el jardín de esclarecer en febrero si me parece oportuna o no.

Tirar de las orejas al proveedor único de compuestos parece que tampoco era una alternativa, y mira que resultaba prometedora la cosa de fabricar unas gomas específicas para la prueba del Principado. En todo caso estad tranquilos: si no funciona el invento, tiempo habrá para valorar si en 2026 se imponen tres paradas obligatorias. Total, ¿quién dijo miedo?

Os leo.

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