Dicen que no hay quinto malo pero éste tiene sabor agridulce. Me las prometía felices en febrero y hasta dibujé un hipotético escenario en el que la de Silverstone luchaba con la de Woking por la cuarta posición en el Mundial de este año [Vuelta de tuerca (Aston Martin)]. Casi casi lo di por una aspiración razonable y razonada, sonaba bien en mi cabeza, pero ha venido Paco con la rebaja y tengo ahora mismo un merequetén de la órdiga bendita para encajar las piezas que nos faltan en este repaso.
Sintetizando mucho, diría que el panorama actual que vive la British Racing Green se corresponde punto por punto con eso que hemos hablado tantas veces en Nürbu, que alude a que la inestabilidad normativa acaba afectando más a las escuderías de medio tramo y pobres que a las potentes.
Medidas anti marsopeo con modificación de la distancia del suelo curvado al asfalto, cambio de construcción de los neumáticos, prohibición de alerones flexibles y, esta temporada, aprobación de lo que en la anterior no valía, etcétera...
Ahora bien, que tratemos de entender el fenómeno no implica que excusemos que Aston Martin tampoco ha destacado por adaptarse bien, de hecho, creo que se ha mostrado como una las peores cinturas de la parrilla, lo que nos pone en que, una vez asegurado el quinto puesto, ya que ni VCARB/Alpha Tauri ni las que viajan detrás suponen una amenaza creíble, únicamente queda gestionarlo adecuadamente de aquí a que termine todo en Abu Dhabi.
Y para terminar: el desempeño de Fernando Alonso ha enmascarado el mediocre comportamiento del AMR24, pero el fabuloso despegue de McLaren lo ha dejado en tierra de nadie. Mercedes AMG saca en estos instantes demasiados puntos a Aston Martin como para permitirnos soñar con algo más que alguna actuación notable a partir del paquete de novedades que se prevén para Austin, pero ¡ya!, que decía aquél. Este año debemos conformarnos con lo que tenemos, que ni tan mal.
Os leo.
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