Los comienzos del automóvil en España [Editorial Turner Libros, 2021] es una obra de gran formato, bellamente encuadernada en tapa dura y con un papel interior de buen gramaje que facilita la lectura del texto y permite el lucimiento de la cantidad extraordinaria de fotografías de época que nutren sus 320 páginas, convenientemente acompañadas por unos pies de foto que suponen un bonito apéndice.
Alentada por el Marqués de Manzanedo, don Juan Manuel Mitjans y Basa, autor del epílogo, la confección del libro descansa en el increíble trabajo de la propia editorial Turner y la intervención de Francisco Carrión Cárdenas y, principalmente, Pablo Gimeno Valledor [Los GP Internacionales de la Penya Rhin], lo que confiere al volumen un agradable sabor coral dado el nivel de las aportaciones y el número de fuentes utilizado, tanto fotográficas como documentales.
Los comienzos del automóvil en España aborda la historia de las décadas iniciales de la incursión de la cultura del automóvil en nuestro país y, de hecho, se subtitula «Primeros propietarios 1890-1945».
Obviamente incorpora la inevitable referencia al apartado industrial del fenómeno, destacando marcas como Hispano Suiza o Elizalde, etcétera, el enorme flujo de compras en el extranjero o el florecimiento de las iniciativas carroceras patrias —también se importaban chasis y partes mecánicas para que los coches fueran terminados aquí, al gusto de la selecta clientela.
Realeza, nobleza, aristocracia y alta burguesía, aman los vehículos a cuatro ruedas y van orquestando un escenario variopinto en el que se hace necesario mejorar las infraestructuras viales y dotarlas de servicios, lo que facilita una mayor pluralidad de motivos para las escapadas en viaje largo, en ruta de merienda o paseo, etcétera, que poco a poco van a ir conformando una sociedad que se acostumbrará a convivir con el mundo del motor y lo irá asimilando al ámbito militar, de transporte y lúdico, en tanto que el deporte de competición se instala con naturalidad desde los inicios de esta etapa, lo que, a su vez, fomentará la creación de una nada desdeñable cantidad de asociaciones y clubes, incluyendo el Real Automóvil Club de España, que vio la luz en 1903.
Con prólogo de Rafael Pueche, Comisión de Cultura de la Federación Española de Vehículos Antiguos, Los comienzos del automóvil en España supone un precioso viaje por los albores del automovilismo español, que avanza al ritmo de aquellos tiempos para llevarnos de la mano hasta la posguerra de nuestra Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial.
Os leo.
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