A estas alturas de la película preguntar por «lo de Carlos» viene a ser como recordar «¿qué hay de lo mío?», una frase carente de sentido que al menos te permite iniciar una conversación sin recurrir al manido tema del tiempo, meteorológico, se entiende.
Los medios, o como quiera que se llame ahora a eso que antes reconocíamos como periodismo por su claridad y calidad, venían abusando de colocar a Sáinz en cualquier sitio, con conversaciones avanzadísimas, of course!, hasta que ha aparecido Flavio Briatore y «lo de Carlos» se ha quedado en la tanda de anuncios que te tragas con naturalidad y sin saltos, antes de que el contenido del vídeo se convierta en una ruedita de carga girando sobre fondo gris neutro.
Seguiremos informando. Os leo.
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