Si os soy sincero no entiendo muy bien el debate que se ha organizado porque Alpine pase del trasero de Esteban Ocon a partir del final de temporada. En realidad, lo que me sorprende es que la decisión haya tardado tanto en llegar, aunque imagino que Toto Wolff tendría algo que decir en esto.
El problema de Banchi —hace años expliqué por qué lo llamaba así, de manera que os ahorro unas líneas— consiste en su actitud, guarra hasta decir basta. Entiendo que sea rocoso, infantilmente duro con sus compañeros, pero sigo sin comprender por qué se desinfla y ronronea como un gatito con el resto de rivales en cuanto ha quitado de en medio a su colega de equipo.
Gasly ahora, Alonso antes, Pérez en Force India... Para Ocon el trabajo termina cuando ha puteado de lo lindo a su igual en pista. Ahí se acaba todo. No suma puntos para su escudería si ello requiere algo de esfuerzo extra, no muerde las pantorrillas de nadie que no vista un mono similar al suyo, nada, el francés desaparece del mapa por mucho que ahora quiera excusarse afirmando que ve hueco y a veces ni se lo piensa.
Sus dotes como preparador de coches también generan abundantes dudas. En Force India el trabajo lo hacía Checo, luego lo hizo Alonso en Alpine y no es muy complicado imaginar quién lo hace ahora en Enstone, de manera que resulta hasta razonable que se lo hayan quitado de encima aprovechando la pasada de frenada en Mónaco.
Os leo.
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