Si me gusta la F1 es por estas cosas: En viniendo de una victoria en Mónaco, los bardos compusieron sus versos prometiendo otra en Canadá... ¡La madre que nos parió!
No tiene pinta ni de que Ferrari sea capaz de meter en cintura a Red Bull en el Gilles Villeneuve, ni de que Charles y Carlos libren sus pantorrillas de las dentelladas de los chicos de McLaren y Mercedes AMG. Russell ha estado supremo clavando la aguja del cronómetro en 1'12"000 antes de que lo hiciera Verstappen, pues así se lleva la pole y el orgullito torero de vencer, un decir, a un matahombres que venía con todo en su vuelta lanzada. ¡Más agua, por Dios, más agua!, y más clasificaciones así; y, a poder ser, menos más de lo mismo y más historias pequeñas que destrozan en mil pedazos el arco narrativo propuesto por los más altos poetas.
Os leo.
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