El buen sabor de boca

La verdad es que no esperaba terminar el fin de semana en Miami de manera tan apoteósica. Como he venido escribiendo estos días, la cosa apuntaba a gris chungo —valor cromático terciario, que los ilustradores decoramos con abundantes jaculatorias y exclamaciones intolerables en horario infantil—. La clasificación para la Sprint resultó anodina, la propia Sprint fue bastante coñazo, aunque, a la postre, ha dado para mucho en los corrillos y tertulias gracias al protagonismo del torpedo de Stevenage; y la clasificación para la carrera, pues eso, normalita tirando a déjà vu...

El Gran Premio ha sido harina de otro costal, gracias a Dios, cabría decir, y ello a pesar de que la FIA no ha dejado pasar la oportunidad de volver a hacer el gilipuá.

Sea como fuere, el gran estado de forma de los coches de Woking ya aventuraba que lo íbamos a pasar de cine, sobre todo con el titular del coche número 4. Todo discurría conforme al guión habitual y en esto que Verstappen cometía un error, se llevaba puesto un bolardo y dañaba el fondo curvado de su RB20, así que para cuando Dirección de Carrera desplegaba el Safety Car a nadie le importaba un carajo qué iba a ser del holandés. ¡Lando en cabeza!, eso era lo relevante. ¡Lando en cabeza!

Sin duda, ayudó mucho al jolgorio generalizado que Christian Horner no nos hiciera un Toto Wolff en Abu Dhabi 2021. La verdad es que la austriaca se tomó con bastante naturalidad el despliegue extrañito del Coche de Seguridad, seguramente porque ya daban la carrera por perdida. 

Bueno, eché en falta a Penélope Cruz y Antonio Banderas desvelando el nombre de Lando Norris como acreedor del Oscar por su primera victoria en F1. Al final, tanto VIP y tanto bicho raro en el paddock, y a Liberty va y se le pasa que el de Bristol podía vencer en Florida desatando un tsunami de buen rollo que, bien utilizado, pienso, podría levantar las audiencias en los USA mejor que la morralla que nos vende Drive to Survive. ¿Quién es ese chiquillo al que abraza y saluda todo el mundo...?

Termino, lo dejo, pero lo hago destacando que Max no rompió el trofeo del británico en el podio, que esto supuso un señor puntazo a su favor, y que Charles salvó con su tercer puesto los muebles de una Ferrari que apuntaba a más alto pero por diferentes avatares no supo llegar.

Os leo.