Pobres niños ricos

Millones por aquí, millones por allá, y ya es casualidad que algunas escuderías tengan que ir con lo puesto a los Grandes Premios, o no haya suficientes neumáticos para que se celebren dos carreras premium el mismo fin de semana; bueno, carrera y media, por concretar...

Obviamente carezco de capacidad para saber en qué se gastan los dólares, pero es seguro que no se hace en dar el espectáculo que nos merecemos los aficionados, y entre eso y la réplica baratita de la guerra FISA/FOCA que nos recuerdan al menor descuido —la injerencia de la Federación en el plano deportivo resulta insufrible— y lo de las gomas y el no quemar motores más de la cuenta, etcétera, una prueba como la celebrada en Shanghai, que prometía ayer lo que no estaba escrito, se ha convertido hace unas horas en un truñete menos indigesto que otros pero sin tirar cohetes.

Llevo bien el actual estado de cosas, no os creáis, incluso sabiendo que la siguiente cita es en Miami, lo que no me cuadra —no de ahora— más allá de llenar la caja, es qué coño hace Liberty que no mejora su producto. 

Si a todas luces 4 unidades de potencia siguen resultando insuficientes para ir con el pie a tabla toda la temporada, incluyendo sus 24 fechas y las Sprint, imagino que deberíamos estar pensando en tal vez 5 UP porque su eficiencia ha mejorado muchísimo. Con Pirelli pasa tres cuartos de lo mismo, pues no se trata de llegar justitos sino de llegar, holgados, a poder ser con capacidad extra para matar gigantes si hiciese falta, y si sobra material se recicla, porque seguimos reciclando compuestos, ¿no?

El tema de la FIA es más peliagudo. Mientras no dejen en paz a Ben Sulayem me temo que el organismo continuará dando por el saco, aunque, bien mirado, también tiene fácil solución. Como el dinero (el suyo) no parece ser problema, que se pague Liberty Media una estancia en Banwa Private Island y de allí que no salgan Stefano y Mohammed sin un acuerdo, so pena de que hagamos con ellos como las autoridades de Viterbo en 1269 con los cardenales: a pan y agua y bajo llave hasta que no lo alcancen.

Y, por Dios, dejémonos de justificarlo todo en el marco económico. No hay voluntad, básicamente porque el aficionado medio ha perdido su capacidad de hartazgo.

Os leo.