Imprudencias

Erais muy jóvenes y no lo recordáis, pero hace algunos años vivíamos tan ricamente sin Drive To Survive ni dando la tabarra por ahí con el bendito Efecto Netflix, y era así gracias a la FOM (Formula One Management), que nos ofrecía la semana siguiente a cada Gran Premio un DVD con la carrera correspondiente, y, al finalizar la campaña, otro adicional que contenía el The Official Review of the FIA Formula One World Championship, que siempre suponía un fantástico resumen y resultaba clave para entender lo sucedido.

He escrito en cursiva el término «fantástico» porque verdaderamente lo era. A pesar de haber podido hacerte una idea viendo una a una las pruebas, el bendito resumen venía a ser la versión oficial con el sello Made in Ministry of Truth UK en portada, de forma que, por un poquito más de dinero, podías disfrutar gratis de una nueva sesión de coches y otra de lavado de cerebro.

El montaje llegaba directamente de FOM, así que apenas había margen a la hora de alterar la escaleta en la adaptación al castellano; en todo caso, recomiendo encarecidamente el visualizado de estos vídeo resúmenes anuales porque, a diferencia del material seriado de Netflix, iban al meollo propagandístico a puritito huevo, que dicen los mexicanos.

Termino. Echando la vista atrás comprendo que viviéramos tan ricamente sin Drive To Survive porque podíamos meternos en vena porquería de la buena —monoplazas y más monoplazas— sin esperar al siguiente capítulo. También es verdad que nos reíamos como endemoniados: Fernando estorbando a mi Felipe en Monza 2006, lo de Hungría o la grúa de Nürburgring en 2007, incluso el milagro de Brawn GP durante 2009 —este resumen, en concreto, imagino que ha sido el utilizado para levantar el guión de Brawn: The Impossible Formula 1 Story de Disney—. 2010 y 2011 los tengo sin desprecintar, me disculpáis...

Sin duda éramos unos inconscientes y unos imprudentes de tomo y lomo; pero qué queréis que os diga: a diferencia de ahora, sabíamos a lo que nos exponíamos, ya que, lo que nos atraía de verdad era poder apreciar con lente de aumento cómo se movía el mecanismo interno de la Fórmula 1.

Os leo.