lunes, 25 de marzo de 2024

$1 Million Challenge


No os creáis, también tardé lo mío en asimilar que la $1 Million Challenge no era la segunda prueba de la temporada NTT Indycar Series, sino un evento promocional y no puntuable que se celebró en el circuito exclusivo del Club Thermal (The Thermal Club).

Bueno, a pesar de que la retransmisión se centró en fomentar las bondades del paraje a base de abundantes tomas abiertas, lo cierto es que las tres carreras no desentonaron en nada. Lógicamente, el interés del reto consistía en ver quién se calzaba los 500.000 dólares que se otorgaban al vencedor, aunque el segundo, el tercer y cuarto puestos tampoco suponían moco de pavo: 350.000, 250.000 y 100.000 dólares, respectivamente.

En total, como decíamos, sumaban tres disputas con entidad propia, si se puede decir así, las dos primeras —10 giros o 20 minutos— sirviendo de criba para la definitoria, en la que únicamente competían 12 pilotos con sus correspondientes monturas. 

La primera la ganó Felix Rosenqvist y estuvo marcada por una bonita tangana, en la que, tras un supuesto toque previo de Will Power, Romain Grosjean provocó una pequeña sangría de monoplazas, incluyendo el suyo, lo que originó que Agustín Canapino viera ventana y tirara con todo lo que tenía hasta terminar amarrando el quinto puesto, y con él, el salvoconducto a la final. La segunda fue más tranquila y se la llevó Álex Palou con absoluta comodidad, seguido por su compañero en Chip Ganassi Marcus Armstrong. Pato O'Ward no se vio sonreído por la fortuna y, peleando por la sexta plaza, finalmente no pudo arrebatársela a Alexander Rossi.

Si bien el tema económico resultaba crucial, conviene advertir que todos los pilotos se enbolsaban 23.000 dólares con tan sólo participar, lo que, a mi modo de ver, dejaba un poco churri el premio del quinto clasificado. No sé, cerrar el Top Five con 50.000 dólares no es lo que se dice cerrar bien un Top Five, que nos entendemos.

En fin, quedaba el orgullo de llevarse la pieza grande y participar en el grupo de élite, pero la carrera definitiva adoleció para mi gusto de una excesiva necesidad de mantener opciones durante la primera manga —propuesta a dos de 10 vueltas cada una, con una pausa de 10 minutos entre ambas—, lo que propició que Palou se enseñoreara de lo lindo, y que, en el reinicio, no dejara ni las sobras a los rivales una vez consiguió despegarse de Scott McLaughlin, que fue quien opuso mayor resistencia al dominio del español.

La cosa terminó con Palou primero, McLaughlin segundo, Rosenqvist viendo la bandera en tercer lugar, y Herta y Armstrong haciendo los honores en el cuarto y quinto puesto.

Os leo.

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