lunes, 12 de febrero de 2024

Nueve años ya


Nueve años desde aquel día triste, pero, ¿sabes?, al final supiste elegir el buen momento para irte.

El mundo está ahora mismo irrespirable. Por no caber, no caben ni aquellas historias que me contabas, cama con cama, antes de apagar las luces de la habitación, en las que ingenuamente me abrías a un universo desconocido que hoy supone el núcleo esencial de mi ser. Pero tampoco te envalentones. Durante mucho tiempo pensé que necesitaba parecerme a ti, pero finalmente, ha comprendido que eras tú quien quería parecerse a mí, y, por eso mismo, fuiste tan generoso conmigo.

Ya no busco enamorar princesas ni restaurar el honor perdido de ninguna dama. Me basta Nürbu haga frío o calor, la pista esté seca o húmeda porque llueve en el infierno verde. Rodar, rodar, encontrar un nuevo reto y superarlo, alcanzar ese giro a derechas y oírte pedirme que afloje, mientras sigo pie a tabla porque mi hermano mayor me enseñó que la mejor manera de ganar una carrera es convertir las curvas en líneas rectas...

Nueve años, un instante y el mejor recuerdo. Te sigo queriendo.

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