lunes, 22 de enero de 2024

¿Hay alguien ahí...? [RBR 2022]


Por increíble que parezca, concluyendo julio de 2022 la Fórmula 1 bullía en clave Ferrari. 

Con las medidas anti-porpoising como telón de fondo, en Italia se insistía en pedir la cabeza de Iñaki Rueda y Mattia Binotto, por ejemplo, y, desde ciertos sectores, también la de Carlos Sáinz por no ayudar lo suficiente a Il Predestinato (sic). En el frente bíblico anglosajón se aprovechaba la situación, y se golpeaba una y otra vez los riñones de Maranello por su manifiesta incapacidad de convertir en puntos la velocidad punta del F1-75 y lo cosechado la mayoría de sábados de las once pruebas disputadas hasta aquel momento.

Nosotros también vamos a ir terminando. La siguiente entrega de esta serie será la última, porque no es sano hacer leña del árbol caído, porque desde el Gran Premio de Francia iba a sumarse al escenario un mar de fondo del que no supimos nada, y, fundamentalmente, porque Ferrari ya había regalado los campeonatos de Pilotos y Constructores a Red Bull y supondría un desperdicio entretenerse en menudencias.

En fin, 24 de julio de 2022, el piloto español de la rossa salía desde el culo del mundo a pesar de haber pasado a Q3 para quedar nono sin disputarla, cumpliendo así la penalización por el cambio de la unidad de potencia churruscada en Austria, pero, a cambio, Leclerc partía desde la pole, con Verstappen y Pérez inmediatamente detrás.

Lucía el sol, todo pintaba bonito, Sáinz remontaba a paso de columna militar, pero sobre la vuelta 16 Milton Keynes llamaba a boxes al holandés para meter un undercat de libro a Charles, que lideraba con solvencia hasta ese instante, aunque no demasiado cómodo, ya que Max circulaba con el cuchillo entre los dientes. ¿Y qué hacía Ferrari? Pues no cubría el undercat y dejaba al de Mónaco más solo que la una sobre el Paul Ricard, y con unas ruedas que ya mostraban evidentes signos de agotamiento...

Leclerc perdía el control de su monoplaza en el giro 17, se estrellaba y abandonaba, y a partir de ahí todo importaba una caca, ya que, con el quinto puesto logrado finalmente por Sáinz, La Scuderia no iba a ninguna parte.

Os leo.

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