1905 no ha sido sólo el año del nacimiento de Louis Rosier, sino de Pierre Bouillin. Posiblemente no le conozca por su apellido paterno, pero tal vez sí por el de su tío Levegh. Pierre Levegh se ha sentido siempre atraído por el mundo motor y uno de sus grandes sueños ha sido conquistar el trazado de La Sarthe. Para la edición de 1952, las 24 Horas han sido habitualmente conquistadas por autos y vehículos extranjeros —Francia anota 7 triunfos sobre un total de 19 competencias interrumpidas por la guerra.
Su primera experiencia se remonta a la edición de 1938 para retornar en la tercera luego del segundo conflicto mundial. En esa edición de 1951, y con lo aprendido de la carrera en que su compatriota Rosier se ha alzado con la victoria, Pierre Levegh reconoce que, con mejoras, el Talbot Lago sigue siendo un auto competitivo. No obstante, al ser piloto de fábrica, la Talbot le niega cualquier posibilidad de permitirle mejorarlo. Esto le aleja de cualquier posibilidad de éxito. La victoria termina en manos de la dupla Walker & Whitehead con Jaguar.
Levegh modifica profundamente su Lago. Para ello: «… sustituye los carburadores Solex por tres Weber 45DCO, aligera las bielas y aumenta el límite de revoluciones a 5.200. Además, aloja un depósito más grande y modifica la carrocería para montar una rueda de repuesto.»
Con este auto y junto a René Marchand, se presenta en la mítica pista de La Sarthe. El piloto-mecánico se encuentra al volante al comienzo de la competencia. Como su compatriota Rosier, parece reacio a cederlo a su compañero. Esto se ve cada vez que Pierre se detiene en boxes para repostar y cambiar cubiertas, vuelve a la pista sin atender razones de sus mecánicos ni de su señora que le indican que debería ser relevado para poder descansar.
A las 2 de la mañana lo impensado se hace realidad. El Gordini de la dupla Behra y Manzon queda sin frenos delanteros. Amadée Gordini ha decidido retíralos de la competencia por un tema de seguridad. Esto abre la puerta al Talbot-Lago. Pierre Levegh es líder de la carrera.
Cada parada en el box se convierte en una súplica. Levegh parece en otro mundo, no escucha, no responde, sólo tiene en mente seguir corriendo. Su mirada se pierde en el horizonte. Apenas el auto está en condiciones, acelera para retornar a la pista.
22 de las 24 horas. Ultima detención. La condición física y mental de Levegh se han deteriorado. El francés ha vomitado en el interior de su montura y sufre de quemaduras por el calor del carter. El jefe del equipo oficial, Tony Lago, le pide que abandone el habitáculo, pero Pierre no atiende razón y vuelve a la pista. Son 120 minutos de infierno para el francés. Es la gloria o la nada misma.
Ha sido una nada gloriosa, el cigüeñal del noble Talbot-Lago ha sucumbido a la exigencia. La multitud nunca olvidará esta proeza, ni Mercedes, a la postre ganador con la pareja Lang-Reiss, ni fatídicamente el mundo. Pero ésta es otra edición de las 24 Horas de Le Mans.-
Título original: Presque presque, un exploit (Casi casi una hazaña)
Fuente: Red Bull
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