Seamos sinceros: muy poquitos tenían fe en que Ferrari cumpliera su promesa de volver a las 24 Horas con equipo oficial en la máxima categoría, y muchos menos aún, imaginaban que lo iba a hacer con un vehículo que dignifica el escudo de la italiana y tripulaciones muy competitivas, en las que se encuentra integrado nuestro compatriota Miguel Molina.
El Ferrari 449P es un bicharraco que a priori no es gran candidato a la victoria —ese lugar está reservado, de momento, a los Toyota GR010 Hybrid '23 de Toyota Gazoo Racing—, pero tiene posibilidades porque nada suele estar dicho en una prueba de las dimensiones y características de la carrera francesa.
Diseñado bajo las especificaciones Le Mans Hypercar (LMH), los seguidores de la Fórmula 1 que se apunten a la fiesta pueden estar tranquilos porque la escuadra no estará en manos de Leo Turrini, John Elkann, Mattia Binotto o Fred Vasseur, sino en las de un equipo experimentado surgido de la alianza de Maranello con la gente de AF Corse.
Sus rivales principales serán los ya mencionados GR010 Hybrid de Toyota, el Glickenhaus SCG 007 y el Peugeot 9x8, además del Vanwall Vandervell 680 y los representantes de la clase LMDh, el Porsche Penske 963 y donde militan también los Cadillac V-LMDh a ambos lados del Atlántico. El elenco es literalmente asombroso, propio de la celebración de un siglo de historia, pero, como decía más arriba, Le Mans es Le Mans, son 24 horas circulando a toda pastilla sobre el trazado de La Sarthe y hasta el banderazo a cuadros no se puede cantar victoria, así que los tifosi estamos de enhorabuena porque vuelven las opciones después de cincuenta años de ausencia como equipo oficial. Y, además, el 499P es rematadamente bonito...
Os leo.
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