Decía Mike Tyson «Todos tenemos un plan hasta que te meten el primer martillazo en la cara», o algo así, que la cita no es literal ni lo pretendía, y en Resistencia pura —bueno, ya sabéis lo que pienso de las pruebas del WEC de 6 u 8 horas—, es tan importante tener un plan como disponer de otro para responder a las contingencias.
Conviene guardar ases en la manga y esto supone una auténtica prioridad para los equipos, pues puede llegar el momento en que se necesiten recursos y no quede apenas tiempo para reaccionar ante un nuevo susto porque la mecánica está en las últimas y los pilotos no dan para más...
Sintetizando mucho, podemos aceptar que desde la salida en Le Mans hasta medianoche los participantes tiran como demonios buscando abrir brecha con sus rivales o afianzar posiciones. La madrugada suele ser momento de bajar ligeramente el ritmo y aprovechar para remarcar las ventajas que se han obtenido. A partir del amanecer, con mejor visibilidad se acentúa la velocidad de circulación pero sin someter a excesos al vehículo, y a partir de primeras horas de la mañana, si todo ha ido bien y según lo previsto, toca acomodarse y rodar con el único objetivo de ver el banderazo final.
Salvando las distancias, éste que acabo de describir en el párrafo anterior sería un diagrama clásico, que, desgraciadamente, se cumple sólo en contadas ocasiones ya que los contrincantes tienen el mismo plan, luchan lo mismo que tú hasta medianoche, aprietan durante la madrugada por ver si te arrugas o rompes, y al amanecer hacen sonar los clarines de combate porque han decidido jugar contigo a la ruleta rusa, al todo o nada que dicen.
La edición de 2011 fue épica en éste y todos los sentidos. Peugeot y Audi se liaron la manta a la cabeza y pelearon hasta el milímetro postrero de asfalto. Hace poco hemos tocado otro de estos finales de infarto, cuando Porsche y Rondeau se las tuvieron tiesas en 1980 [Rondeau, 1980 (#LeMans 48)]...
Y bien, que es donde quería llegar yo: nada de esto sería posible si los equipos y sus tripulaciones no mantuvieran cierto nivel de pegada durante todo el transcurso de la cita y hasta las 16:00 horas del domingo, cuando termina realmente la fiesta y se pueden echar cuentas. En realidad es como los preservativos y el por lo que pueda pasar, mejor para tu salud y la de tu pareja disponer de uno en caso necesario a no tenerlo a mano cuando la fortuna decide guiñarte un ojo.
Os leo.
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