Loser

Comprendo —de verdad que lo hago, aunque no me resulte sencillo—, esa tendencia tan arraigada en muchos espesitos de los nuestros, por lamer públicamente la bota de quien no merece tanta saliva. Intuyo que imaginan que Roma, no sé si en esta vida o en la siguiente, les acabará dando unas chuches como pago a sus servicios, total, ayer se trataba, otra vez, de ese español que no encaja en el discurso oficial del Fair Play ni en las homilías de los santurrones que sufren de orgasmos cuando al de Oviedo le va mal.

En el Gran Premio de Arabia Saudí sucedieron únicamente dos cosas: la FIA no anduvo lista en la aplicación de una sanción, como de costumbre, y una escudería hizo un uso torticero del Reglamento para conseguir un puesto que no supo obtener en pista con ninguno de sus dos coches... Hombre, llamar a esto «ser listo» es de ser muy palanganero o bastante idiota.

En la justicia civil, por ejemplo, tu retuerces la ley par sacar beneficio y lo mínimo que te cae es el pago de costas. Sí, ya sé que nuestro deporte es un oasis de despropósitos y que Mercedes AMG salió de rositas con su jugarreta, pero ya que estamos, procuremos llamar a las cosas por su nombre y no encumbremos a quien no es otra cosa que un mierda de libro, y me explico, no sea que alguien pierda el sueño por lo que acabo de escribir.

El error inicial cayó en el zurrón de la FIA. No supervisó adecuadamente el cumplimiento de la sanción de 5 segundos en el coche dorsal 14 de Aston Martin, y pasando por alto que a lo peor no estuvo bien (supuestamente) que el gato tocara el monoplaza, dio por bueno que la penalización había sido satisfecha, lo que originó que los de Silverstone siguieran compitiendo como si tal cosa.

Bien, lo de Brackley merece capítulo aparte porque hay que ser muy mierda para trasladar un posible error de la Federación al equipo contrincante. 

Si fueron conscientes de la metedura de pata, lo lógico, deportivamente hablando, habría sido advertir a Dirección de Carrera para que la enmendara. Pero no, Wolff y sus canallitas se guardaron la reclamación hasta que Aston Martin había consumido su margen de rectificación, y entonces la pusieron sobre la mesa para que la verde pagara por la inoperancia (supuesta) de los comisarios y el tercer cajón del podio le cayera del cielo a George Russell...

Honestamente lo digo: para justificar este tipo de cosas hay que ser al menos tan mierda como los de Mercedes AMG. 

No es una cuestión de dinero, como se vino argumentando, sino de limpieza deportiva, y tampoco voy a gastar mi energía en explicároslo. Compites en una disciplina que se hace llamar deporte y lo mínimo que se puede exigir es que asumas que hay actitudes que no son de recibo por mucho que retuerzas la realidad como un trapo de cocina. Y no, trasladar un posible error de los comisarios a un competidor y su escudería, ni es limpio ni aceptable, es de mierdas y de perdedores, y conviene señalarlo.

Os leo.