A George se le ha ido la pinza y la película para Carlos ha terminado en la curva 1 aunque el espectáculo ha continuado dentro y fuera de la retransmisión. La FIA ha sacado su vara de medir a Mercedes AMG, centimetrada en el morisco codo mayor, y al británico le ha caído una sancioncita de 5 segundos por fulminar la carrera del poleman. En redes ha sido peor.
A ver, con Max cabalgando como un endemoniado por el interior del bendito giro y más de medio coche delante, al madrileño sólo le quedaba reclamar la mejor trazada, sí, esa que proporciona una tracción más adecuada a la salida y, en su caso, le permitiría enmendar su parsimoniosa salida. Sáinz hacía lo que se espera de cualquier piloto ante una curva a izquierdas: girar en el mismo sentido, el que no ha estado a lo que había que estar era Russell, quien por ir detrás tenía la obligación de prever lo que iba a hacer el español en una acción de libro.
La sentencia popular ha sintonizado con la precariedad mental de Dirección de Carrera y su leve sanción al dos de Mercedes AMG, y, en el momento de escribir estas líneas, el ruido crece y crece en la corrala del pajarito azul produciendo rubor y sarpullido a partes iguales. ¡Mátame camión!
Os leo.
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