Echo la vista atrás y ni ganas que siento de abandonar el lecho de hierba, quitarme el casco o abrir la escafandra para que me dé un poco el aire...
¡Ay Amama!, hemos llegado juntos a tus 95 años, tal y como te prometí en febrero, y antes en Navidades, y mucho antes con las fiebres de octubre pasado o durante aquellos agotadores días en plena ola de calor de comienzos de septiembre, cuando estaba reciente tu 94 cumpleaños y desconocíamos si habría más. Nunca te he escrito directamente aquí pero ya venía siendo hora: Zorionak, amatxu!
No hay mejores celebraciones que estas.
ResponderEliminarUn saludo
Sr. Polyphenol
Ella está orgullosa de ti...
ResponderEliminarNo podría tener mejor cuidador e hijo...
Lucchaste y luchas por ella...
no hay mayor amor que el que profesas por tu madre
y por los tuyos...
Eres un ser de luz...
Eres admirable...
Amama no podría haber tenido mejor hijo que tú...