Me parece estupendo que Drive to Survive esté dando alas a nuestro deporte y algunos lo consideren un hecho indiscutible porque lo afirma Liberty Media y los resultados avalan la oportunidad de la apuesta de Netflix, pero me preocupa más que se dé por bueno que un producto que no cuenta con el beneplácito de buena parte de la parrilla, que muestra una marcada tendencia a la mala ficción dramática, en el que aparece poquísimo el vigente campeón del mundo si no se trata de Lewis Hamilton, y es ampliamente criticado por cualquier aficionado con dos luces y dos dedos de frente, etcétera, etcétera, etcétera, sea el mejor embajador que tiene la Fórmula 1 según el ínclito Stefano Domenicali.
No sé, a lo peor es porque estoy mayor y ejerzo de señor raro, pero ya que hemos probado que tiene un tirón tremendo una castaña de serie que, como reflejo de nuestra actividad, no vale ni para limpiarse salva sea la parte, a lo mejor ha llegado el momento de dar una oportunidad a tratar de reflejar lo que es y en qué consiste realmente nuestra disciplina, sin trampas ni cartón ni dramones artificiales, en plan honestote.
Os leo.
Pues de lejos se veía venir. Seguro que muchos en este blog no han visto ni un capítulo con sólo haber visionado un trailer o dos. Aunque lo lqie más pesa es el título. Sin lugar a dudas.
ResponderEliminarPero ya sabemos que la televisión se dirige a gente con dos dedos de frente y sentido crítico, ¿verdad?