Con estas cosas siempre hay que mostrarse cauto y poner algunas velas al santo correspondiente y también al diablo, por lo que pudiera pasar, pero llevamos cinco citas a cuestas, la magnitud del compromiso de Verstappen y Leclerc es elevada, ambos litigan por liderar el campeonato pero, ¡oh, cielos!, el nivel de limpieza en la rivalidad roza máximos, circunstancia que es muy de agradecer visto lo visto la temporada pasada.
No quiero señalar a nadie —tal vez sí, quién sabe—, pero durante estos primeros compases de 2022 los contendientes están demostrando que cuando se quiere se puede y que nuestro deporte no necesita emuladores de lo peor de Ayrton Senna o Michael Schumacher.
Kimi Raikkonen, a quien siempre recordaremos en Nürbu con cariño y gratitud, nos dejó como regalo tras su retiro, una carrera profesional plagada de buenas luchas sobre el asfalto en las que nunca se lastimó nadie. Max y Charles están resultando alumnos aventajados del finlandés este inicio de campaña, y nos vienen enseñando que se puede ser rápido, peleón, voraz, sin dejar de lado el respeto que se debe al aficionado, sí, ese ser incorpóreo que paga religiosamente por disfrutar de una buena prueba antes que asistir al enésimo remake de los peores episodios que almacena nuestra filmoteca de duelos y quebrantos.
Os leo.
JOSÉ AMIGO, LEÍ TODO LO QUE TENIA PENDIENTE COMO SIEMPRE, MUY BUENAS TUS ENTRADAS, MUY BUENAS TUS PUBLICACIONES, ME QUEDO CON TODO.. NADA QUE REPROCHAR NI CAMBIAR NI UNA COMA A TAN EXCELENTES ESCRITOS.
ResponderEliminarSALUDOS DESDE VENEZUELA - CARORA
CARLOS OLLARVES..