domingo, 6 de marzo de 2022

#Unboxing [Ferrari]

El F1-75 de Maranello ha destilado buenas vibraciones a su paso por Montmeló. 

El conjunto parece bien encajado en todas sus partes y a la unidad de potencia italiana —muy mejorada con respecto al tristísimo 2020 gracias al currelo de 2021—, se une ahora un planteamiento aerodinámico de la carrocería que destaca con respecto a sus rivales de franja (W13 de Mercedes AMG, RB18 de Red Bull y MCL36 de McLaren), por ser muy arreglá pero informal, que cantaba la buena de Martirio.

Así las cosas, lejos de la clara tendencia «longitudinal» adoptada por los diseños con pretensión de ser rápidos, el Ferrari de este año le ha dado fuerte a un torneado de los pontones que va en la misma dirección pero aportando más estabilidad transversal al monoplaza, alternativa que igual agradecemos esta temporada de estreno de normativa.

De esta manera, los volúmenes laterales aparecen tallados para, en primer lugar, gobernar los flujos laterales medios y llevarlos a la zaga del vehículo, en segundo, dejar espacio abajo para que los inferiores recorran el mismo trayecto sin interferencias, y en tercero y arriba, donde está la mandanga, para ofrecer una sugerente y elaborada forma de acequia en media luna, que se encargará de aprovechar el caudal superior y fundirlo con los que llegan por sus lados...

He puesto puntos suspensivos al final del párrafo anterior porque si las aberturas de aireación fuesen convencionales a lo peor teníamos un problema, pero puesto que son las más anchas de la parrilla, a lo mejor nos encontramos con que parte del aire que las atraviesa va a salir por el primer tramo de agallas ayudando a reducir el drag provocado por el segundo, que va literalmente sobre el cubrecapot y sería el que facilitará extraer el calor del propulsor y sus aperos.

¡Pero las agallas producen resistencia al avance! Bueno, no tanto si están en la cárcava de un pontón cuyo borde de ataque superior va verticalmente más alto...

En líneas generales, las soluciones de la zona central del coche italiano marcan el diseño de la nariz y la definición final del fondo curvado. Va a haber mucho aire detrás decíamos, y, en consecuencia, el morro es poco intrusivo, empezando por un alerón delantero que no tiene pinta de originar una downforce excesiva, lo que nos pone en que el apretón que sujetará el tren anterior al asfalto va a depender de la suave curvatura del morro y el tarado de las supensiones —imagino que tirando a blando.

Atrás hay mucho espacio libre, lo que aventura un buen trabajo del difusor y el alerón posterior, porque todo indica que el aire va a llegar muy rápido allí.

El F1-75 promete ser veloz en recta y en curva, pero soy tifoso, no me hagáis mucho caso.

Os leo.

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