Cuando hay gente que desestima, rechaza, o simplemente da la espalda a las pocas cosas que pueden unirnos como identidad, anda como pollo sin cabeza o ha perdido el Norte...
No está el horno para bollos como para no sentir algo especial viendo ganar de nuevo a Rafa Nadal, incluso si el manacorí no es de los tuyos. El deporte tiene esta peculiaridad: es capaz de congregar diferentes sintonías y hacerlas vibrar al unísono, pero hay quien prefiere negar la mayor con tal de hacer de Aarón en el cuento, y lo respeto, ¡por Dios, cómo no iba a respetarlo!, otro asunto es que me parezca una actitud mezquina y profundamente idiota.
El Nadal bueno que cenaba con el Rey Emérito se trastocó, prácticamente en el intervalo de 30 días, en el Nadal malo que ponía los puntos sobre las íes a Novak Djokovic. Era un buen español antes y ahora es sujeto de cualquier sospecha conspiranoica, incluso de traición. A mí que me lo expliquen, ¡pardiez! Pero puesto que no creo en los Nadal de Schrödinger y soy de fácil conformar, me siento feliz de haber visto cómo un animal de 35 años ha engrandecido el tenis en su participación en la final de Melbourne.
Le han felicitado Federer y el propio Djokovic, mañana L'Équipe le dedica una portada que lo tilda de extraterrestre (Le Martien), pero seguro que el equivocado soy yo por sentirme orgulloso.
No enredo más. Os leo.
Apúntame a la lista de orgullosos por Rafa y su gesta, Josete. Yo no vi el partido, no pude, tenía demasiadas ganas de que lo ganara y preferí no verlo; cuando me enteré de que iba dos sets abajo me dieron ganas de romper algo, luego me llevé el alegrón del año.
ResponderEliminarSalud!
Disfrutemos mientras podamos... porque, el mismo lo dice...
ResponderEliminarEsto se acabará en cualquier momento y nos dejará huerfanos.
Los british seguirán con sus mandangas del GOAT, y por mucho que lo puedan superar en determinadas variables numéricas (a lo que reducen la realidad), el coraje, la determinación, el espíritu de superación, el atreverse a competir, el no rendirse, no cuentan ni contarán. En fin.
ResponderEliminarP.S. Como sugerencia y aunque sea omnipresente, manacorí es catalán, en buen castellano el palabro es manacorense...
Placer siempre leer asiduamente este blog, aunque lo haga con discreción y silencio. Saludos,
Dar ejemplo. Es lo único que importa.
ResponderEliminarY eso tan encomiable, es lo que más desprecian la prensa y los que dirijen el cotarro. Sí, eso que ríen las gracias al que más intoxica y desvía la atención. A ese que todo que se precie aleja de su lado porque sabe que es como un tumor en mentes incautas y se carga al grupo por puro egoísmo.
Pero haberlos los hay: incorruptibles, correosos, fieles a sus principios y tozudos. Siempre con la cabeza abajo. Siguen su camino con orejeras y sin retrovisores y construyen leyendas que perdurarán por muchos años...
Ahora DescoJokovic dice que se vacuna... porque claro, hubiera ganado... en fin.
¡Gentucilla!¡Perduraremos!