Para un año flojillo —no creo que lleguemos a las 400 entradas a 31 de diciembre—, seguir la actualidad del motorsport ha resultado entretenido, al menos en las disciplinas que más interés me merecen, y aunque seguimos dándole fuerte a la Fórmula 1 y hemos cubierto bastante majamente la NTT IndyCar Series [#IndyCar], el seguimiento del WEC se ha resentido en Nürbu quizás por lo que mencioné en su día: los Hypercar parecían infrautilizados en el campeonato por parte de FIA y ACO, o mejor dicho, su miedo a las arrasadas mermaba las enormes posibilidades que se intuyen en este tipo de vehículos de última generación.
Sea como fuere, ayer cerrábamos el Mundial en Sakhir con la celebración de las 8 Horas de Bahrein. La verdad es que estaba prácticamente todo el pescado vendido, Toyota ya había culminado su título de Constructores la semana anterior y quedaba por decidir el de Pilotos. La carrera, en sí, supuso un monumental paseo de los coches japoneses. Vencía el dorsal número 8, conducido por Buemi, Nakajima y Hartley, seguido por el 7, que a la postre se alzaba con la corona de conductores. Así las cosas, Conway, López y Kobayashi, quien disputaba su última participación con la nipona, se convertían, por fin, en Campeones del Mundo.
Os leo.
Me averguenzo de decir que este año que lo tenia con comentarios en castellano al final ha sido el año que menos he podido ver las carreras del WEC
ResponderEliminarEl autentico tesoro es el tiempo