Mi querida prensa anglosajona avanza inexorable hacia la victoria final porque no queda mucha gente dispuesta a contenerla y porque sus mensajes son cada vez más... ¿cómo decirlo?, sí: infantiles. Y es que sólo a ella se le podría ocurrir vender como un drama que Hamilton, habiendo obtenido la pole para el Gran Premio de Turquía con un motor «renovado», se vea obligado a partir undécimo en parrilla por el susodicho cambio de ICE (Internal Combustion Engine) en el monoplaza.
Lo hemos comentado en otras ocasiones. Este tipo de sanciones deberían tener vigencia todo el fin de semana, no sólo en carrera, pues queda muy chusco celebrar una hazaña el sábado y sacar los kleenex para el domingo, cuando, en esencia, el W12 dispone de los mismos 20 caballos extra que dicen los de Red Bull que han encontrado los de Brackley. Y no me miréis ni bien ni mal. Como he confesado otras veces, a mí no me pagan por parecer salomónico cuando hago el idiota. Pero sí, es de nota lo de los plumillas, gacetilleros y comentaristas isleños, y más aún, cómo traga el personal con sus gilipolleces...
Os leo.
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