Contigo, Valtteri

Escribí hace pocos días que Valtteri era el tipo idóneo para continuar en Mercedes AMG [La renovación de Bottas], pero está visto que en Brackley no me han hecho caso, de manera que me gustaría preguntar a los que han lanzado la boina al cielo para festejar la salida del finlandés, qué coño es lo que esperan de su recambio.

Russell, un suponer, es británico como Hamilton, y ya, porque es evidente que después de Nico Rosberg todo el espacio que queda en la anglo-alemana se llama «segundo piloto del astro», «Roscoe mío» según el interfecto en su Instagram. 

Sinceramente, no veo a Toto consintiendo una devaluación del heptacampeón del mundo —octacampeón si Dios no lo evita de aquí a final de año— a la manera en que Mattia Binotto dejó que Charles Leclerc pulverizara a Sebastian Vettel en 2019 y 2020, de forma que ni entiendo ni comparto la alegría escenificada por muchos lisa y llanamente por haber acertado (sic). Sí me preocupa que todo consista en que hacían falta dos pilotos ingleses en un proyecto que va dejando de ser alemán con cuentagotas en plena revitalización del Brexit, porque tanto Valtteri como George acabarán pagando el pato de tanta gilipollez anglosajona.

Pero dejemos al de Norfolk para mejor ocasión y centrémonos en la nueva vida que tiene ante sí el protagonista de esta entrada, quien, según ha anunciado hoy mismo Alfa Romeo, es el hombre llamado a sustituir a Kimi Raikkonen para 2022 en Hinwil. 

Alfa no es un mal lugar, y como no quiero sustos el año que viene, me gustaría que repasáseis lo escrito por mí sobre la escudería suiza esta temporada y la anterior, ya que tengo bastante fe en que den con la tecla de la nueva reglamentación. En este sentido, Vasseur y sus chicos se acaban de pillar a un tío que lee carreras y conoce a la perfección las unidades de potencia Mercedes-Benz, que se ha hartado de afinar los pianos que ha tocado la vedette de 2017 a esta parte, currante como él sólo y leal a rabiar, que lo mismo obedecía ayer que obedeció en Alemania 2018 lo de no tocar al líder o lo de cederle amablemente la victoria en Sochi de esa misma campaña...

Hay quien se pregunta todavía si Valtteri se atreverá a mostrar la clase que se le presupone, y yo, firme defensor del de Nastola, únicamente puedo decir que para ser segundo de una estrella hay que ser extremadamente cojonudo y que el finlandés ha bordado ese papel, quizás como nadie en la parrilla.

A él lo llamaron para echar un vistazo al coche de Hamilton después de su órdiga con Verstappen en Silverstone, y aunque lo apartaron casi como a un perro después del OK, Brackley ha preferido darlo de baja antes que permitirle ensombrecer ni tanto así al Great Of All Time...

En fin, hay algo de justicia poética en todo esto: Bottas tiene una nueva vida por delante, y al Great de los cojones sólo le queda rezar para que Russell no se le suba pronto a la chepa.

Os leo.