Empezar la casa por el tejado

Dios me libre de herir sensibilidades tan temprano, y en domingo, además, pero los más ancianos de este lugar sabéis de sobra que llevamos más de una década apuntando al descabellado crecimiento de los monoplazas tanto en longitud como en peso. 

El asunto en cuestión ha favorecido el trabajo de los departamentos de diseño de las escuderías, de la misma manera que afecta a la industria del automóvil. Donde antes cabía un Seat León ahora encaja un Ibiza, que en sentido estricto pertenece a un segmento inferior, y, desgraciadamente, la Fórmula 1 no iba a escapar a esta pérfida tendencia. La aerodinámica precisa de mayores dimensiones para resultar más y más eficiente y más y más fácil de manejar, y el aumento de peso facilita un mejor comportamiento dinámico.

Adrian Newey solicitaba más peso en diciembre de 2013 [Newey, partidario de aumentar el límite de peso en los coches de 2014], entonces se excusaba en cómo afectaba negativamente a los pilotos, pero en 2014 eran 691 kilos de peso mínimo con piloto y hoy son 752...

Jero Garzón os podrá explicar mejor que yo las inercias laterales a las que se somete un vehículo de más de 5 metros que pesa 857 kilogramos una vez lleva el depósito lleno para la carrera, o ronda los 780 en régimen de clasificación.

Nosotros ya hicimos nuestra parte del trabajo: alertar de que la cosa iba a empeorar, pero después del accidente de Leclerc en El Principado y visto lo visto ayer tarde en la capital de Azerbaiyán —concrétamente en su curva 15—, ante la insistencia por cambiar las reglas de juego y penalizar a quienes provocan banderas rojas, se me ocurre que en vez de comenzar la casa por el tejado, a lo mejor convendría hacer un poquito más razonable nuestra actividad, empezando por reducir longitud y peso, claro, ya que los monoplazas tienen muy complicado circular sobre agua o tienden a salirse de los límites de la pista en circuitos abiertos, incluso con piso seco, y literalmente no caben en sitios como Mónaco o Bakú, precisamente porque parecen trasatlánticos.

Os leo.