¡Qué lejanos aquellos días en que ser piloto de carreras era una profesión que colmaba las necesidades existenciales de un puñado de locos que mataban por continuar sujetando un volante!
Leo lo que ha dicho Lewis Hamilton al respecto de su renovación y futuro y, lo siento, no puedo dejar de entrever en sus palabras la voz de un tipo quemado por el paso del tiempo en un mismo puesto de trabajo, que espera la jubilación para venderla como la victoria de Demetrio I contra Ptolomeo El Salvador en Salamina. ¿No ha habido tiempo de encontrar otros retos que nos hiciesen soñar a los aficionados con un Hamilton por siempre jamás? ¿Tan jodido resulta batir récords y ganar campeonatos con un brazo fuera del habitáculo...?
Con vuestro permiso, sigo prefiriendo a personajes como James Hunt, más densos y menos dados a los artificios dialécticos, porque conducir jugándose el tipo era su modo de vida.
Os leo.
Lamentablemente tenemos Mierda pa'rato
ResponderEliminarEl que se tiró el farol fue Toto con Russell.
ResponderEliminar- Jaimito no se quiere bajar el sueldo.
- Jaimito se pone, ¿malito?
- Totito que no es tontito, llama a Russell.
- Jaimito, que tontito tampoco es que sea, la pilla a la primera apareciendo en Abu Dhabi.
Y allí, me recordaba a mi mismo cuando le decía con 7 años a mi mami: ¡No quiero ir al cole, jo! ¡Quiero mi piruleta!
Y tan delgado no lo vi... ;P.
Hasta que estos dos se entiendan seguiremos perdiendonos a Russell, a Leclerc, a Sainz o, incluso, Verstapen.
Menudo cáncer.