Son muchos años haciendo de sombra de Hamilton desde la comodidad que ofrece Brackley, como para pedir peras a un perro pastor que ha visto cómo le metían un lobo en el cercado donde cuida las ovejas. Algo parecido le sucedió el año pasado a Vettel cuando le quitaron a Kimi y le pusieron a Charles. Primero sorpresa, luego desconcierto, más tarde tirar de riñones para superar la situación, aunque en el caso del alemán no sirvió de nada y pinta feo, también, para el de Nastola.
Russell, incluso entrando de aquella manera en el cockpit de Hamilton, es todo hambre, no tiene nada que perder y todo por ganar. Una puñetera bomba de relojería, y dos centésimas con seis milésimas son nada, poco más que salvar el culo in extremis.
Os leo.
Mirándolo bien, después del domingo Toto puede elegir tranquilo entre Russell o Hamilton.
ResponderEliminarEl inamovible es Bottas... (juaaaa!!!)
Saludos desde el Coño Sur