De 2014 a esta parte Brackley ha sido la apuesta ganadora porque año tras año ha dispuesto del mejor conjunto de toda la parrilla. Los mejores monoplazas, las mejores unidades de potencia, el equipo mejor engranado, la pareja de pilotos mejor definida, etcétera, y lo más importante: tiene poder ante la FIA y Liberty Media y funciona al 95% como un cronómetro suizo.
2020 no podía quedar ajena a este estado de cosas y Mercedes AMG ha vuelto a darse un paseo monumental, básicamente, o también, porque como suele ser habitual se ha quedado sin rivales. Así las cosas, da igual lo que escribí en febrero [Desde el sofá (Mercedes AMG)] y en mayo [F1 Returns (Mercedes AMG)], porque con ella, la victoria en Contructores y Pilotos es un fijo en la quiniela así truene, llueva o haga sol.
Os leo.
Se ha dicho aquí antes con gran acierto: "es un coche fuera de reglamento" (o para los quisquillosos: a los demás vehículos la FIA les ha arrancado las uñas). A mi modo de ver, se ha tratado de rescatar a Mercedes de la espantada que dió tras la tragedia de Le Mans en 1955. Además, el presente es eléctrico, y ahí los alemanes están todos (Mercedes, Audi, Porsche) que parecen los tres tenores en un Do de pecho tan ensordecedor como silencioso. Ferrari ya se puede ir poniendo, literalmente, las pilas.
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