Lección de pundonor

Produce una bonita sensación comprobar cómo los pilotos que no van de vedettes saben acabar sus historias personales proporcionando buenas vibraciones.

En contraste con el paupérrimo rendimiento de Vettel en Ferrari, así como sus continuas quejas, Sáinz, Ricciardo y Pérez, están dejando muy alto el pabellón del compromiso profesional con sus respectivas escuderías. Carlos ha metido la pata hasta el corvejón en Sochi, pero su desempeño en McLaren sigue sin mostrar fisuras. Daniel lidera una Renault cada vez más prometedora, y Checo, a pesar de los recientes roces con la hoy por hoy su escuadra, ha sabido responder a la buena actuación de Racing Point en estrategia y garajes, colocando el RP20 en cuarta posición al término de la prueba.

Al de Guadalajara no le gustaba ser el primero de los mortales, pero ha bastado que su equipo se haya portado como era de esperar, para que se haya consagrado como el último de los semidioses en el Gran Premio de Rusia. No está la de Maranello ni se la espera y el W10 rosa no es moco de pavo, y aunque esto sin duda ha ayudado, no es óbice ni cortapisa para resaltar que el piloto mexicano ha hecho exactamente eso por lo que le pagan: llevar su monoplaza lo más arriba posible.

Muchas veces hemos hablado en Nürbu de pundonor (sentimiento de dignidad personal que exige a uno mismo atención y dedicación continua en una labor o profesión), y no está de más recobrar esta palabra para señalar con ella la magnífica actuación de Pérez a los pies del Mar Negro. Su tiempo en la de Stroll se acaba, pero él sigue demostrando su entrega y hasta dónde puede llegar si le dejan. Actitud notable, sin duda.

Os leo.