No sé si me deja peor cuerpo la aparente nula reacción de Ferrari o la desorbitada sobreactuación de Vettel ante lo que parece una concatenación de hechos infaustos que lo han convertido en diana de la cólera de los dioses o en el zurrón de los desastres, elijan ustedes.
No hay cáculo de probabilidades que justifique que a un piloto de la parrilla le sucedan tantas calamidades juntas y durante tan dilatado espacio de tiempo, salvo que el problema sea él y esté devolviendo a La Scuderia cada átomo de daño que supuestamente le ha ocasionado. Ni Pastor Maldonado obró así en sus peores tiempos. El de Maracay tenía sus cosas pero al menos las llevaba con gallardía. Desgraciadamente me jugué un jamón —siempre y cuándo se celebren los Premios Roberto Pose este año—, pero Sebastian me está jodiendo los planes y va a terminar con la poca paciencia que me queda. Un piloto Ferrari no se comporta así, da la cara en pista, y si el coche es malo, de todas formas lo lleva lo más lejos posible, sin necesidad de poner a la de Il Cavallino a los pies de la prensa desde el mismo viernes de entrenamientos. Uno di noi? Sí, claro...
Os leo.
Mira que te lo dije Maestro, no te juegues el pernil que lo pierdes... Pero tú quijote y de Bilbao.
ResponderEliminarLo de hoy en carrera ha sido ya para nota, se hace un medio trompo en la salida, queda último y luego le pega la bronca al equipo porque está donde no quería... Este chaval está pa un aire.
Salud y felicidades por tu Amama.