Será efecto de la pandemia, del confinamiento, la segunda oleada o la madre que la parió, pero este neoliberalismo de taberna que ha surgido con el temita de que Vettel pueda sustituir a Pérez en Racing Point, se llame como se llame el año que viene, viene a reforzar mi idea de que las nuevas generaciones necesitan más hervores que las nuestras a su edad.
Si os soy sincero, diré que los billetes del señor Stroll no me producen orgasmitos ni alteraciones en el ritmo cardiaco, porque el problema del magnate canadiense es su hijo, y aquí, el multimillonario se nos está mostrando en pelota picada a pesar del decorado de billetes verdes y el carnaval capitalistik que se ha montado a su alrededor.
Manda cojones que ante la publicación del Bild del miércoles pasado —tabloide alemán, para más señas—, haya habido equipos que han considerado pertinente llamar a Checo en vez de a Lance, y dejo la explicación deportiva de este curioso fenómeno a los que consumen series norteamericanas o telenovelas turcas, y se lo cedo gustosamente a todos aquellos que en redes sociales siguen a pie juntillas al correspondiente Paulo Coelho, Deepak Chopra o Tom Peters, pues todo padawan precisa de un gurú hecho y derecho que permita vender ideas sacadas de Wikipedia bajo la siempre honorable etiqueta «contenido prime».
Entiendo que si don Lawrence no promociona a su vástago no moja con la parienta, y discúlpenme la frase, pero es que en esta historia el eslabón débil que hace frágil la cadena es el chiquillo, no el del Guadalajara. Una Aston Martin con Pérez y Vettel en sus filas resulta incluso apetecible, pero con el zagal Stroll en vez del mexicano suena a merienda de negros.
Lance no vale más allá de su coche pero Sergio es valor añadido, como lo sería Sebastian si al final acabase firmando por la de Silverstone, lo que nos pone en que todo esto no es una cuestión de dinero, ni siquiera de si es tolerable que, por elevar a los altares al chaval del jefe, una escuadra del Mundial ande pillándose diseños de la competencia (a base de talonario) en un entorno que procura demostrar cada temporada por qué está en Fórmula 1. Lawrence peca de la soberbia de los ricos: cree que tomar atajos vale tanto como completar el camino, pero su vástago es la china en el zapato, y si no sabe renunciar a él cuando Sebastian ha caído del cielo como perita en dulce, o eso dicen, supondrá admitir que el proyecto no tiene consistencia competitiva y es puritita mercadotenia mágica que servirá para llegar arriba lo más rápido posible.
Dios quiera que no nos arruinen a Checho, pero si al final es que sí, por favor, que pongan a Kevin Magnussen al lado de Vettel para que el sainete quede redondo, aunque al prototipo de neoliberal con pelas se le siga viendo el cobre mientras los niñatos le aplauden.
¿La Fórmula 1 es así? No, lo que es así es la idiocia humana, que incluso en la máxima disciplina del motorsport es incapaz de ver que hay movimientos que no merecen la pena.
Os leo.
Si os soy sincero, diré que los billetes del señor Stroll no me producen orgasmitos ni alteraciones en el ritmo cardiaco, porque el problema del magnate canadiense es su hijo, y aquí, el multimillonario se nos está mostrando en pelota picada a pesar del decorado de billetes verdes y el carnaval capitalistik que se ha montado a su alrededor.
Manda cojones que ante la publicación del Bild del miércoles pasado —tabloide alemán, para más señas—, haya habido equipos que han considerado pertinente llamar a Checo en vez de a Lance, y dejo la explicación deportiva de este curioso fenómeno a los que consumen series norteamericanas o telenovelas turcas, y se lo cedo gustosamente a todos aquellos que en redes sociales siguen a pie juntillas al correspondiente Paulo Coelho, Deepak Chopra o Tom Peters, pues todo padawan precisa de un gurú hecho y derecho que permita vender ideas sacadas de Wikipedia bajo la siempre honorable etiqueta «contenido prime».
Entiendo que si don Lawrence no promociona a su vástago no moja con la parienta, y discúlpenme la frase, pero es que en esta historia el eslabón débil que hace frágil la cadena es el chiquillo, no el del Guadalajara. Una Aston Martin con Pérez y Vettel en sus filas resulta incluso apetecible, pero con el zagal Stroll en vez del mexicano suena a merienda de negros.
Lance no vale más allá de su coche pero Sergio es valor añadido, como lo sería Sebastian si al final acabase firmando por la de Silverstone, lo que nos pone en que todo esto no es una cuestión de dinero, ni siquiera de si es tolerable que, por elevar a los altares al chaval del jefe, una escuadra del Mundial ande pillándose diseños de la competencia (a base de talonario) en un entorno que procura demostrar cada temporada por qué está en Fórmula 1. Lawrence peca de la soberbia de los ricos: cree que tomar atajos vale tanto como completar el camino, pero su vástago es la china en el zapato, y si no sabe renunciar a él cuando Sebastian ha caído del cielo como perita en dulce, o eso dicen, supondrá admitir que el proyecto no tiene consistencia competitiva y es puritita mercadotenia mágica que servirá para llegar arriba lo más rápido posible.
Dios quiera que no nos arruinen a Checho, pero si al final es que sí, por favor, que pongan a Kevin Magnussen al lado de Vettel para que el sainete quede redondo, aunque al prototipo de neoliberal con pelas se le siga viendo el cobre mientras los niñatos le aplauden.
¿La Fórmula 1 es así? No, lo que es así es la idiocia humana, que incluso en la máxima disciplina del motorsport es incapaz de ver que hay movimientos que no merecen la pena.
Os leo.
Me parece que en Haas NO quieren a un norteamericano del sur; pero ya se verá.
ResponderEliminarEl Vettel más desmotivado,incómodo y fallón que se ha visto contra el predestinado,más motivado,más joven y con todo el equipo detrás empujando...y el tetra le gana 2-1 en clasificación y lo que le queda teniendo en cuenta que en su peor año 2014 un Vettel igual pudo con Richi a una vuelta a este le hace destrozo.La cuestión es que tan malo no será y cómo será la cosa que Red Bull le quiere de vuelta y no solo RP.Al final acaba en RB con un coche a su gusto zumbándose a Maximiliano.
ResponderEliminarSegún vuestra linealidad, 264 puntos de campeonato son más que 240. Y Dos victorias son más que una (regalada).
EliminarBienvenidos a vuestro Waterloo. De aquí, a Elba.
Estoy contigo, es el año de Vet
EliminarY una leche le quieren en Red Bull, eso os pone cachondos a algunos pero no va a ser. Además, si de verdad estimáis tanto a Seb mejor verle sentado en el Merc color rosachicle, que ese si anda y si no preguntadle a Vertappen.
ResponderEliminarEn fin Maestro, esto al final son negocios, nada personal... excepto si se trata de tu hijo, claro; eso hasta Checo lo entiende, por lo que le ha dicho a Noemí. Encima, hoy el niñato va y se marca una qualy de escándalo, encabezando la segunda línea en un circuito de los de manos... A ver si nos vamos a tener que comer todas las risitas y resulta que el chaval es de los que se destapan con un buen carro. Claro que con buena p... bien se j... y que Checo andaba un poco malucho pero aún así... Yo, al menos, me he quedado de una pieza, lo confieso.
Pero bueno, a ver si mañana la carrera empieza en wet conditions y el Carletes hace algo por la causa.
Saludos.