viernes, 3 de abril de 2020

La tabla del náufrago


Don Lawrence Stroll se mueve cuan anguila en las escolleras publicitarias. 

Después del cante que ha originado el RP20 en el paddock [¡Falsificación!] y la que ha liado la de Gaydon en el WEC [La espantada], lo adecuado era proporcionar una noticia de campanillas que ayudase a olvidar los pecadillos, y ésta ha llegado con el anuncio de que Aston Martin disputará el Mundial de Fórmula 1 en 2021. ¡Oé, oé, oé oé oé...!

Y bien, es público y notorio que la empresa británica no está atravesando uno de sus mejores momentos —es por ello que Stroll se la ha pillado para su imperio, entre otras razones—, y que la escudería de Silverstone tampoco anda muy allá, de forma que bajo el barniz de la operación tenemos un equipo que ha precisado comprar los planos del coche usado el año pasado por la competencia, que se vestirá el que viene con los oropeles de legendarias épocas pasadas, conseguidos, precisamente, en la disciplina a la que se ha dado la espalda recientemente.

Sí, soy consciente de que los Vantage lo están haciendo bastante bien en las categorías GTE Pro y Am, pero no se puede obviar que todo habría sido más bonito si Aston Martin hubiera llegado a demostrar con su fallido Hypercar que ya estaba en la élite del motorsport. Hay que vender mucho Valkyrie para sostener tanto sueño, pero de momento, Lawrence Stroll prefiere seguir vendiendo motos mientras se agarra a su talonario como un náufrago a su tabla.

#YoMeQuedoEnCasa. Os leo.

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