jueves, 26 de marzo de 2020

Primera plana


Como la cosa ésta del coronavirus se prolongue más de lo previsto me temo que vamos a tener víctimas colaterales por todos los sitios. Las casas de apuestas ya están sucumbiendo —algo de lo que me alegro, aunque soy consciente de que en cuanto el deporte se ponga en marcha, ahí van a volver a cumplir son su filantrópica labor social—, y la prensa empieza a dar síntomas de agotamiento porque Bernie ocupa demasiados titulares, hay poco alpiste para tanto pajarillo, y hasta el bueno de Javier Rubio menciona a Pedro Sánchez para hablarnos de Marc Surer.

Como sucede en la parrilla, las cabeceras grandes aguantarán el tirón, y las pequeñas que lo hacen todo por amor al arte también, pero el flanco más débil está ahora mismo en esos medios que pagan —una mierda, para qué vamos a engañarnos—, porque allí desarrolla su labor gente que necesita llegar a final de mes abonando sus facturas y, encima, tiene la fea costumbre de comer diariamente, guardando algo para las birras del fin de semana y los cuatro caprichos con los que se consuela cualquier ser humano. 

Así que con vuestro permiso, de aquí a que termine la bendita pandemia voy a dedicarme a apoyar su trabajo y, en vez de enlazar artículos extranjeros, en la medida de mis posibilidades trataré de dar la mayor visibilidad posible al benemérito cuerpo de juntaletras y modernos creadores de contenidos (es broma). Es obvio que no nos hemos llevado muy allá que digamos, pero la situación es excepcional y creo que merece la pena que Nürbu arrime el hombro también en esto, y es que, como vengo diciendo desde hace un par de semanas, de ésta salimos juntos o no salimos.

Y ya que estamos, está bien aplaudir a nuestros héroes sanitarios y de las fuerzas de seguridad y ejército, pero si cada uno de nosotros se queda en casa, hará por ellos mucho más que homenajeándolos desde los balcones y ventanas al atardecer o al inicio de la noche. Si cumplimos con lo que nos están pidiendo, el coronavirus dejará de apretar y ellos serán los primeros en notarlo.

Ea, a cuidar de los críos y los abueletes, y a ser sensatos. Os leo.

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