lunes, 9 de marzo de 2020

La excelencia


Todos los años, desde hace mucho, me hago la misma pregunta con la intención de no olvidar el terreno que pisamos, y éste, que tiene como peculiar que firmaremos 13 años juntos en agosto, no iba a ser menos: ¿de qué va la excelencia en la Fórmula 1 si cada vez hay menos equipos que cuentan...?

Sé de sobra la respuesta oficial. De tanto en tanto los gurúes la esgrimen en redes sociales o te la tiran a la cabeza los sotanillas del Padre Prior para llamarte después nocivo o cualquier otra lindeza, pero esto nos pone en que Haas también juega a la excelencia, o que Williams es excelente a pesar de que la última victoria para Grove la consiguió Pastor Maldonado en 2012.

En este orden de cosas, tambien serían excelentes los tramposillos de la parrilla, ya que estamos, y Pirelli; y en general, todo lo que toca nuestra actividad sin atender a calidades ni méritos. Es decir, la bendita excelencia tiene de excelente lo que mi abuelillo José tenía de marinero: nada.

Como convención de andar por casa tiene un pase —nos entendemos entre nosotros y como Juan Palomo: yo me lo guiso y yo me lo como—, lo que ocurre es que también tiene los pies de barro y en cuanto llueve un poco se tambalea, y ya que la cito, cada vez hay menos carreras que se disputan en agua porque lo impide la excelencia de nuestros vehículos, y las gomas...

De nuevo estoy exagerando, como de costumbre, pero si no lo hago a lo peor no lo vemos, porque el caso es que ahí fuera no se percibe nuestra excelencia y hasta la Formula E nos está comiendo la tostada, lisa y llanamente porque extramuros no se entiende que el espectáculo que proporciona el pináculo del motorsport lleve a muchos aficionados a dormirse durante el transcurso de algunas carreras, y a que los campeonatos vayan perdiendo fuelle conforme avanzan las temporadas.

Algo falla en esta ecuación, y lo malo es que todavía habrá que esperar al año que viene para comprobar si la cosa se endereza o todo sigue consistiendo en que nos miramos demasiado el ombligo...

Os leo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario