sábado, 14 de marzo de 2020

Cuando la «b» significaba algo


1983 fue el año en que Nelson Piquet consiguió su segundo título Mundial, de nuevo con Brabham, y si hoy traigo a Nürbu el coche con el que el brasileño rubricó su gesta, aunque con Riccardo Patrese como protagonista en miniatura, es porque la librea del BT52 fue tal cual aparece en las dos primeras fotografías, para cambiar en el Gran Premio de Gran Bretaña invirtiendo las masas de color sobre el BT52b, como veremos en la última imagen.

Pero no adelantemos acontecimientos. El Brabham BT52 era un monoplaza made in Gordon Murray que supuso la segunda intentona para el británico a la hora de extraer todas las posibilidades que ofrecía el propulsor BMW Turbo KKK de 4 cilindros y 1.495 centímetros cúbicos de capacidad. La primera fue el precioso BT50 que mantenía la esencia del campeón BT49 de 1981, con sus voluminosos pontones que albergaban las alas invertidas.

Tras la desastrosa campaña 1982, en la que murieron Gilles Villeneuve y Riccardo Paletti, y Didier Pironi estuvo a punto de perder la vida, la FIA decretó la guerra sin cuartel al efecto suelo, para lo cual, definió una normativa que impedía cualquier tipo de juego con la aerodinámica de sustentación, más allá, claro está, de los alerones. Murray cogió el toro por los cuernos después de verse obligado a enterrar el proyecto BT51, y diseño un monoplaza estilizado y con marcada forma de flecha que recibió la denominación BT52.

La marca Quartzo (Vitesse Group) nos presenta el BT52 con la decoración inicial en el coche de Patrese durante el Gran Premio de Brasil, prueba de arranque de aquel campeonato, que el italiano no pudo terminar porque en el giro 19 el escape se soltó. Celebrado en el circuito de Jacarepaua de Río de Janeiro, tiene como anécdota principal que el por entonces vigente Campeón del Mundo, Keke Rosberg, fue descalificado al finalizar la carrera por haberse adelantado en la salida, sin que importase nada que hubiese concluido en segunda posición tras Piquet...


Sin duda eran otros tiempo... En fin, como decía antes, en el Gran Premio de Gran Bretaña Brabham estrena el BT52b, un monoplaza con unas líneas todavía más delicadas y afinadas que su inmediato antecesor, y la de Bernie Ecclestone (patrón de la británica) enfatiza esta evolución cambiando el orden de los colores en su librea, de forma que si hasta ese momento el blanco dominaba y el azul recordaba el linaje con el BT49 y BT50, el nuevo vehículo era azul con detalles blancos, como podemos apreciar más abajo.


Parece una tontería y quizás lo sea, pero para los coleccionistas estas cosas dan sabor a nuestra afición. Piquet se coronaba Campeón Mundial de 1983 con el BT52b aunque inició la temporada sobre el BT52, y resulta muy fácil saber cuál era cada uno de ellos porque la decoración lo indica, no como ahora, que les quitas los colorines a los coches y casi tienes que pedir que alguien te rescate porque todos se parecen.

En casa, no lo olvidéis. Os leo.

1 comentario:

  1. Era un coche pensado para realizar una parada de repostage. Su depósito no permitía finalizar un GP sin pasar por boxes.

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