martes, 25 de febrero de 2020

Desde el sofá [Renault]


Enstone nos ha sorprendido con un RS-20 que, me temo, puede dar mucho juego esta temporada porque con la base del RS-19 de la pasada, ha tomado una serie de soluciones en el morro que auguran una mayor estabilidad en orden de marcha, una notable mejora en la velocidad y, fundamental, un mejor comportamiento en curva.

Como apuntábamos hace unos días, el milagro tiene mucho que ver con el nuevo diseño del morro [¡Por fin, Renault!], y es que si la largura de los vehículos favorece la aerodinámica pero ésta no funcionaba adecuadamente, caso del coche de 2019, el camino a seguir pasaba por reducir las distancias con el interés de hacerla funcionar.

Las dimensiones del RS-20 son prácticamente idénticas a las del RS-19 (creo), pero el bendito morro introduce algunas variables que conviene matizar. Es redondeado y fino, por ejemplo, por lo que va a producir menos drag que uno de los habituales, con superficies planas y rectilíneas. Por un lado facilitará que el monoplaza corte el viento con mayor facilidad, pero lo importante aquí es que retrasa el golpe del caudal frontal y economiza la masa de aire, llevando mayor cantidad hacia los laterales del vehículo y el fondo plano —si imagináis una ola batiendo la zona seguramente lo percibáis mejor.

Esta quilla (podemos llamarla así), se funde con la carrocería en una supeficie inclinada y convencional que dibuja una pequeña joroba, con lo cual, habrá suficiente presión en esa área como para que el eje delantero mantenga sus ruedas en permanente contacto con el suelo, siempre y cuando cuente con cierta ayuda...

Luego vuelvo a este punto, no os preocupéis, porque con una mayor cantidad de aire disponible no hace falta tocar mucho la carrocería de 2019 para que funcione mejor, que es lo que se ha hecho. Así las cosas, la única novedad en la mitad trasera se circunscribe a un nuevo tallado de los pontones, que ahora cuentan con una zona habilitada para el derrame de los caudales superiores buscando los laterales bajos. La idea no es la bomba, pero permitirá una mejor alimentación de la parte terminal del fondo plano y el difusor, lo que promete un mejor comportamiento de la zaga del coche.

Ahora bien, siguiendo nuestro esquema de siempre, una zona trasera exigente necesita de un tren anterior que no s evaya, y aquí volvemos a la ayuda que mencionaba hace dos párrafos.


La nose del RS-20, de punta rendodeada, presenta una bandeja inferior la mar de ingeniosa. Su tallado no abusa de las líneas rectas sino que presenta diferentes perfiles alabeados.

Por lo que he podido ver en las escasas fotografías, presenta unos centímetros más atrás que sus rivales, dos orificios interiores, imagino que indicados para la aireación de componentes y habitáculo, etcétera (número 1, en la fotografía), y una abertura extra (número 2, en la imagen), que por su posición y tamaño, extraerá parte del aire que ha entrado por delante, ayudando con ello a la correcta definición de la trayectoria del vórtice Y-250 y haciendo que no sean necesarios los turning vanes y el caudal frontal inferior llegue prácticamente intacto a los bargeboards.

En líneas generales, el RS-20 me gusta. Ha hecho fortaleza de sus flaquezas a la espera, supongo, de que la unidad de potencia de Viry-Châtillon haga el resto. Promete mucho...

Os leo.

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