domingo, 23 de febrero de 2020

De nada


Recuerdo que en la entrevista que me hizo Martín Herzog para su portal Zeptem en 2010, luego reproducida en su blog personal tras la desaparición de la web [Orroe, por Martín Herzog], mi amigo me preguntaba sobre qué le diría a un alonsista y le contesté sucintamente: «... Fernando es de carne y hueso, tiene días buenos y malos, y le pasan cosas chungas y hermosas que afectan a su trabajo, como le ocurre al resto de seres humanos...»

Hoy es Romain Grosjean quien se duele de que la Fórmula 1 no es un deporte, y aunque tenemos reciente la bajona que sufrió Lewis Hamilton a mediados del año pasado, se está dando más importancia a las palabras del francés porque entra en la categoría de los loser, los perdedores, ese tipo de gente que responde a las circunstancias desfavorables criticando el mundo que le rodea, o eso dicen, porque el caso es que también Sebastian Vettel se quejaba no hace mucho de que esta F1 no es la que lo enamoró, y antes que él Michael Schumacher nos dijo que nuestra actividad parecía que consistía en ir pisando huevos.

La queja es legítima, vaya por delante. En sí misma no tiene mayor categoría que la que queramos darle. Da un poco lo mismo que se quejen Jaime Alguersuari, Rubens Barrichello, Mark Webber, Pastor Maldonado o Vitaly Petrov, ahora Grosjean, porque en otras épocas ha habido gente como Ayrton Senna —se puede apreciar en el docudrama Senna de Asif Kapadia—, o Fernando Alonso, apuntaron a que el dinero tiene demasiada importancia frente al deporte.

Intuyo que ninguno de ellos ha visto el vídeo de Youtube del chiquillo que, jaleado por sus mayores, nos explicaba mediante sofismas que esto sigue siendo deporte, olvidando que profesional es lo que cambia todo.

El cansancio, las dudas, el sentimiento de no haber sabido aprovechar las oportunidades, lleva a los profesionales a cuestionar qué están haciendo en determinados puntos de su vida laboral. Porque son seres humanos que analizan qué hay alrededor con ojos maduros, ya que la ilusión no sirve; con ilusión no mejora el rendimiento del coche, con ilusión no cambian las cosas, sólo con ilusión no sales del hoyo...

De nada. Os leo.

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