Faltó Jean Todt con mitra, la ferraiuolo escarlata y el anillo cardenalicio, y seguramente las notas de Le Sacre du Printemps de Stravinski como banda sonora, pero, al final, supuso una bella ceremonia la consagración de la Formula E como World Championship FIA a partir de la temporada 2020/21.
La verdad es que el campeonato lo tenía todo para alcanzar este punto: éxito asegurado, concursantes de postín, dinero en abundancia y futuro, de forma que la aparición estelar de la Federation Internationale de L'Automobile era casi un fijo en la quiniela prácticamente desde que la aventura de Agag echó a andar.
En fin, la canonización se ha hecho de rogar, también es cierto, pero estas cosas siempre llevan su tiempo. La liturgia manda y hoy ya se puede decir que todo está atado y bien atado. Eso sí, no sé cómo harán los plumillas británicos para vendernos dentro de una década o dos que la Formula E también es british sport, pero seguro que lo consiguen...
Os leo.
Seguro que los british obligan a que se utilicen los enchufes tipo G de tres pines... e voila Formula E británica 100%
ResponderEliminarGuardaré este artículo para, en su momento, leerlo ante un british o un lamebotas de estos cuando digan que la FE es muy de ellos.
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