Os confieso que llevo semanas con esta entrada preparada, en recámara, que se dice. La he dejado reposar esperando que alguien insinuara algo, que alguien apuntara en la dirección adecuada y citano o mengano abrieran un debate saludable para todos, pero viendo el éxito que está teniendo en redes sociales el pase privado de Le Mans 66 entre los responsables de tenernos al tanto de las cosillas importantes de nuestro deporte, siento que no puedo morderme por más tiempo la lengua.
¿Os parece medio normal que los intervinientes en la negociación sobre el futuro de la Fórmula 1 no aseguren que van a ser los primeros en disfrutarlo? A mí no, desde luego.
Primero juras por tu madre que te quedas y luego participas en la definición del territorio de juego. Se ha hecho así de toda la vida.
Hacerlo al revés supone quedar al albur de los acontecimientos, exponerse a que alguien se lleve el balón porque no le gustan las reglas, y lo peor de todo: que el pastelazo que puede quedar a partir de 2021 se lo comerán otros porque perfectamente podría darse que en el nuevo formato no cupiesen ni nuevas escuderías ni nuevos fabricantes —esto ya es un hecho—, porque cuatro niñas bonitas pretenden continuar jugando con cartas marcadas sin asegurar su continuidad.
Esto sólo sucede en la Fórmula 1 —es retórica, no me lo toméis a mal—. Es la herencia podrida de Bernie, el putetxe de toda la vida. El me lo follo porque es mío sin profiláctico ni Alka Seltzer... y ni un puto artículo de opinión que desenmascare que así sólo pierden el espectáculo y el aficionado, porque, como de costumbre, tenemos a los nuestros mirando hacia otro lado.
No, no es normal que definan las reglas quienes todavía no tienen claro si se quedarán...
Os leo.
No, no es normal que definan las reglas quienes todavía no tienen claro si se quedarán...
Os leo.
Una mirada posible sería que en estos momentos no se están definiendo las reglas sino que están pulseando para ver quién las define. Pero como los plazos corren y algo hay que decir, se maquillan algunas definiciones y se muestran dibujitos, dejando todo lo suficientemente abierto para no contradecirse mañana.
ResponderEliminarLas certezas son pocas y las enunciaste bien, lo demás son puras especulaciones y globos de colores.
Saludos desde el Coño Sur