El elitismo tiene como función principal hacer sentirse gilipollas a quien no pertenece a tan exclusivo club, y esto es así lo leas cuando lo leas.
Si ahí fuera este movimiento nos hace culpables de vivir por encima de nuestras posibilidades y no ahorrar porque no queda calderilla a partir del día 20 de cada mes, de estar gordos sin entender muy bien por qué, de consumir plástico más allá de nuestras necesidades, de no saber contenernos ante una publicidad que jamás pretende engañarnos ni llevarnos de la mano a esa sala de apuestas que hay en el barrio; aquí dentro, en nuestra Fórmula 1, el elitismo adquiere ribetes cómicos porque no es élite quien quiere sino quien puede, y claro está, no pueden todos los que quieren, que sé que nos entendemos.
Hay mucho de hipocresía en este fenómeno vertical, y también mucho de cultura canónica y de fe religiosa. Me crié entre frailes y cuando aún vivía Franco, conozco el percal y he visto demasiadas veces al diablo pavonearse caminando entre el criterio de autoridad y la tentación porque uno y otra están tan íntimamente ligados que es difícil discernir si fue antes el huevo o la gallina.
La Fórmula 1 ha puesto su vista en producir cero emisiones en 2030 y ya no caben más preguntas, ¡Señoría!, porque de los creadores de si no eres ingeniero mejor cierras la boca, si no eres aerodinamicista mejor dejas de dar la turrada, si no has montado jamás en un monoplaza no critiques a Marc Surer en su faceta como comunicador, o si no acumulas cuatro mundiales no oses cuestionar a Sebastian Vettel, surge ahora el no hables de lo que lo que no sabes ni hagas preguntas estúpidas, porque la ecología es muy compleja y este esfuercito verde flanderiano que propone la máxima disciplina ya supone en sí, un paso adelante en la buena dirección que merece todos los respetos.
En unos días llegamos a Yas Marina. El Gran Premio de Abu Dhabi empieza por la tarde y termina de noche...
Se van a gastar watios a cascoporro para iluminar el trazado mientras los monoplazas que lo recorrerán son mucho más eficientes que hace una década, energéticamente hablando, y ahorran mucho, claro, y son mucho más respetuosos con el medio ambiente, o eso dicen. Yo diría que ¡es el mercado, amigo! el que nos lleva en volandas a un idílico paisaje plagado de incoherencias pero envuelto en papel de regalo, porque con Singapur, Barhein y Abu Dhabi en el calendario, no sé si en 2030 seremos más verdes, lo que sí tengo claro es que seremos un poquito más idiotas.
¡Padre, yo me acuso: sufro tentaciones de preguntar sin disponer de formación o experiencia para hacerlo! ¿Es pecado...?
Se van a gastar watios a cascoporro para iluminar el trazado mientras los monoplazas que lo recorrerán son mucho más eficientes que hace una década, energéticamente hablando, y ahorran mucho, claro, y son mucho más respetuosos con el medio ambiente, o eso dicen. Yo diría que ¡es el mercado, amigo! el que nos lleva en volandas a un idílico paisaje plagado de incoherencias pero envuelto en papel de regalo, porque con Singapur, Barhein y Abu Dhabi en el calendario, no sé si en 2030 seremos más verdes, lo que sí tengo claro es que seremos un poquito más idiotas.
¡Padre, yo me acuso: sufro tentaciones de preguntar sin disponer de formación o experiencia para hacerlo! ¿Es pecado...?
Os leo.
¿0 emisiones? Ya puestos que lo llamen Fórmula E... Anda, que ya está cogido!
ResponderEliminarQue el paradigma de 0 emisiones incluya a los camiones y aviones que transportan el Gran Circo...
ResponderEliminarSaludos desde el Coño Sur (que también existe)