Hiela un poco la sangre que un fabricante de neumáticos para la máxima disciplina del automovilismo deportivo asuma que no pasa nada y viene a ser lo mismo que acepten sus propuestas para 2020 que se las tiren para atrás.
Te deja acojonado del todo, que el suministrador único de compuestos para la Fórmula 1 admita que a lo peor no ha hecho un buen trabajo y es hasta cierto punto normal que los equipos se sientan más cómodos usando la gama 2019, ésa que nos condena a los aficionados a sufrir carreras a un cambio de gomas por Gran Premio como norma general.
A finales de 2010, Bridgestone anunciaba su retirada apuntando entre líneas que no estaba dispuesta a jugarse su imagen como fábrica con tal de seguir a pie juntillas los designios de Bernie. Ruedas para el show, se decía, y el caso es que llevamos casi una década con esta mierda. Y mientras Michelin, Dunlop, Firestone o Hankook, buscan sobresalir en sus respectivos territorios, Pirelli continúa dando muestras de que todo esto le viene demasiado grande aunque, al final, le acabe rentando en términos de publicidad porque estar en la máxima categoría es sinónimo de ser la mejor o una de las mejores, pero sí por mis avellanitas, que decía aquél.
El neoliberalismo tiene las patas muy cortas. Pagar por tener presencia en una de las competiciones más exigentes del mundo y en uno de los escaparates más exclusivos, debería significar defender bien el pabellón pero siempre acaba significando otra cosa, normalmente una situación de confort derivada de la falta de competencia. Venía la guerra de neumáticos y tal, la escalada de precios, pero lo que tenemos es una mierda pinchada en un palo que compromete cualquier intento por mejorar el espectáculo.
Guenther Steiner, el de Haas, señalaba no hace mucho que eso de entender los compuestos se llevaba por delante proyectos millonarios porque, en realidad, no hay Dios que comprenda los benditos volúmenes cilíndricos. Y hoy es el día en que a Pirelli le da un poquito lo mismo que media parrilla las pase putas con las cosas redondas.
Abu Dhabi, por ejemplo. La elección de la milanesa para la cita de esta temporada suena cojonudamente, pero a la hora de la verdad es sensiblemente más dura que la selección del año pasado. ¿Alguien lo entiende? No nos quejaremos lo suficiente porque estamos acostumbrados a todo y parecemos lerdos, pero, al final, las gomas definen el comportamiento de los autos... y bueno, si todo resulta tan predecible es porque Bernie Ecclestone tuvo la feliz idea en 2005 de imponer un criterio único a partir de 2007. Nos convenía a todos, ¡ya!
Os leo.
Os leo.
Le convenía a su poltsiko, que ahí no había cazo, ahí había marmita entera jajaja
ResponderEliminarOjalá volviera la sana competición, y tanto que fardan de capital, que les dejen competir en libre mercado, se gasten los duros y vuelva Michelin.